No puedo evitar comparar esta novela con A sangre fría de Truman Capote. Ambos tratan sobre un asesinato real sin embargo existen diferencias que no se pueden ignorar: Capote pudo entrevistar a los asesinos y tuvo acceso a las fuentes documentales (cartas, declaraciones, papeles del juicio, etc.), mientras que Piglia no pudo hablar con los protagonistas de su novela ni con los testigos, por lo que tuvo que construir aquello que hacía falta para relatar su historia; el autor reconoce que hace ficción de un hecho real.
No me esperaba en absoluto encontrarme con un thriller policíaco con tintes de novela negra lleno de acción, donde Piglia hace resaltar la jerga de los bajos fondos (lo que junto a los argentinismos que emplea a mi me complicaron la lectura), que le da mucho color al libro en lo referente al estilo.