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April 1,2025
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Se fossi io stesso il cupo inverno

“We had the experience but missed the meaning, and approaches to the meaning restores the experience” T.S. Eliot

Emilio Renzi scrive un libro che parla di suo zio Marcelo Maggi, un professore idealista e ribelle che sta scrivendo la biografia di un personaggio oscuro e utopico, Enrique Ossorio, e conserva un segreto che verrà rivelato in una lunga notte dall'amico filosofo Tardewski. Libri dentro altri libri, metanarrazione, vite contenute dentro altre vite, storie che portano ad altre storie: a una moltitudine di voci che custodisce un segreto sull'arte e la memoria e che rievocano l'esistenza di Franz Kafka, una specie di angelo della verità, qualcosa di più nella vicenda estetica e drammatica, colui che sa ascoltare. Ricardo Piglia è uno dei più importanti scrittori argentini: con Respirazione artificiale, romanzo universale, metaletterario e filosofico, pubblicato nel 1980 e ambientato nella clandestinità della dittatura, con escursioni in diversi momenti della storia e della letteratura argentina, ha costruito una storia geniale e avventurosa, piena di meraviglia e di immaginazione: una rappresentazione del mistero della scrittura. La scrittura di Piglia mette in scena qui diversi suoi caratteri e situazioni: interpretare e decifrare la memoria, scrivere marginalmente, in modo allusivo e obliquo, per raccontare senza parole, con durezza e tenerezza, come per una riscoperta postuma. Suggerisce di una condizione estrema, nella quale esilio, sradicamento e incredulità si traducono nell'inclinazione a saper ascoltare, e dissimulare il reale nei suoi risvolti più negativi. Piglia intende cercare una via d'uscita tra senso ed esperienza, un incontro inattuale tra passato, presente e futuro, rappresentato da tre voci di narratori inaffidabili: biografi del nulla, testimoni falliti e traditori, partecipanti eroici, smarriti e disorientati. Il caso domina l'esistenza e plasma la sventatezza della creatività; ciò che ne emerge è prova che un romanzo è prima di ogni altra cosa una riscrittura, comporta sempre l'esilio perché si costituisce sulla ricerca di un altrove enigmatico e ubiquo, un mondo inesistente come gli inesistenti lettori che ne sono i destinatari. Gli scrittori di questo racconto sembrano investigare l'assenza, inseguire una parola inafferrabile, dire una verità emotiva e illegittima. Le ombre e i sogni e i miti raccolti con poetica intelligenza vengono attraversati e modificati dalla radicale disperazione dell'incubo, cui si contrappongono strategie sofisticate e fragili: mescolanza di generi e registri, fuga ossessiva nell'intertestualità, conoscenza come labirinto di paranoie e epifanie, incrocio ibrido tra saggio e fiction. Respirazione artificiale è un ritratto oppresso e folgorante di un paese segregato e torturato nell'anima e nel corpo. Bolano immagina un destino eccezionale per Ricardo Piglia narratore, con il maestro Roberto Arlt: “cavalcare soli nella pampa abitata da fantasmi”. Un'immagine che restituisce il valore irreversibile di questa storia metafisica e indecifrabile, che sembra scritta come la scoperta materiale di un dialogo atemporale e invisibile.
April 1,2025
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Es mi primer libro del autor (que, si no me equivoco es su primera novela) y es una especie de novela experimental. Este experimento literario tiene dos partes: Una primera parte histórica (centrada en la historia argentina del siglo XIX) y una segunda parte "literario-filosófica".

El hilo conductor de estas dos partes es la historia de Emilio Renzi y su tío político Marcelo Maggi. Resulta que Marcelo, que es tío por parte de madre de Emilio y metido en la política argentina del siglo XX, se casa con la hija de un connotado político radical (Esperancita) pero a los 6 meses de casados la deja por una bailarina (y le roba una plata). La historia de Marcelo se vuelve muy turbia desde ahí y la mujer lo demanda. De todo esto Emilio que es escritor, arma una novela tratando de conectar con esa parte de su familia de la que él escuchó toda la vida pero nunca conoció. Se la publican y de repente Marcelo le empieza a escribir. El tema de las mujeres es lo de menos porque se mezcla con una obra biográfica en la que Marcelo trabajaba y con la política argentina que refería a la historia del tatarabuelo de Esperancita: Enrique Ossorio. Ella conservaba documentos heredados, etc. Al final todo esto es una treta de Piglia para hacer en la primera parte una reflexión sobre la historia argentina. Emilio habla a través de cartas con su tío y luego hace de nexo con su exsuegro Luciano Ossorio que harto tiene que ver con esto. Esto lleva a Emilio a querer encontrarse con su tío.

La segunda parte que comienza con la llegada de Emilio a Concordia, ciudad donde se encontraba Marcelo es una reflexión sobre el estado de la literatura y de la filosofía. Es un poco una excusa para hablar de Borges, de Arlt, de la literatura argentina más decimonónica otro tanto y para hablar de Wittgenstein, de Heidegger y finalmente de Kafka y de Hitler (que es una de las citas por las que el libro es más conocido aparentemente).

Lo primero que me queda claro es que Piglia a los 40 o 41 años era un tipo muy culto como historiador y crítico literario. Tanto que su libro que apenas tiene 218 páginas en esta edición, a mi me abrumó. Se mete en filosofía, se mete en la historia, se mete en la literatura y en todos ellos entra como Pedro por su casa. El otro tema que está siempre presente de manera menos obvia en el libro es la relación filial, maestro/discípulo, tío/sobrino, etc.

Mi impresión fue que la primera parte, no sé si decir que menos interesante, pero es MUY argentina. Habla de próceres argentinos, de facciones políticas, etc. Por eso alguna otra reseña por ahí dice que esta obra no es universal. Además a Piglia le gusta hablar de filosofía, pero como le gusta a los literatos, o sea, sin hacerse entender a la primera. Todo eso está junto. Eso sí es en esta parte en que la maestría del escritor para mezclar distintos tipos de estilos, sobre todo voces es más evidente (y me obligó a poner más atención). La segunda parte como comentaba se trata de literatura y algo de filosofía (más que nada historia de la filosofía) y es mucho más "universal". Las teorías que Renzi y Tardewski comparten son fascinantes siempre que uno haya leído a algunos autores como Borges, Kafka, Arlt, etc. Tardewski se mete mucho con los filósofos.

Mi mayor queja sobre el libro es que el carácter "experimental" es tan notorio que distrae un poco, aunque según los críticos la buena literatura tiene eso, que se replantea constantemente, sin embargo, ese mismo caracter experimental no debería opacar a la obra misma. Igual se pasa un poco de rosca y al ser una obra tan densa y querer decir tanto, descuida un poco la parte de Emilio y el tío (aunque la forma de salvar la narración igual es pasable). A ratos también la forma de explicar quién tiene la voz («escribía Ossorio, me escribe Maggi», «dijo Marconi, me cuenta Tardewski») y puede que canse porque pasa varias veces en la narración hasta el punto de parecer forzado. No sé si es algo habitual en él o es sólo de este primer libro. Con todo lo anterior, la obra fue muy destacada y es fácil entender por qué luego de haberla leido.

Como recomendación este libro de ninguna manera se lo sugeriría a un lector incipiente. Este libro es para alguien que conozca a los autores mencionados, por lo menos a algunos (yo tampoco los conozco a todos, a Arlt le he leído unos cuentitos chicos no más) y que quiera darse la lata de leer algo de la historia argentina del siglo XIX o un argentino que pueda reconocer algo en los próceres como Rosas, Lavalle, Roca, etc. Eso también podría ser una crítica o queja ya que la primera parte la hace menos accesible a un lector latinoamericano, no digamos ya a un lector no hispanohablante.
April 1,2025
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"Em literatura, disse, o mais importante nunca deve ser nomeado."

Respiração artificial é um romance com muitas camadas de leitura. Na mais imediata delas, trata da troca de correspondências entre o protagonista, Emilio Renzi, e seu tio e a posterior tentativa de encontro entre os dois. Nestas cartas, eles tratam principalmente dos temas que dominam em suas profissões: a literatura, a história e a relação entre as duas no processo de formação da Argentina. No entanto, o livro também pode ser lido como uma narrativa sobre o próprio texto, o fazer literário e resgate histórico, pela variedade de formas com que se configuram os diálogos entre os personagens. Um romance polifônico, sem dúvida, que alterna entre a narrativa epistolar, a citação, o discurso direto e indireto, o ensaio, além de sempre contar com vozes diferentes citando umas às outras através de fragmentos de textos e discursos. Inclusive, também é sugerida a compreensão da narrativa como uma junção de trechos dispersos que necessitam de uma leitura dedicada para criar o sentido que as una sob uma premissa única ou, ao menos, várias premissas que correspondam a todos os textos. Outra possível interpretação é uma homenagem aos diferentes estilos presentes na literatura argentina, sendo Borges e Arlt considerados os principais autores do século XX. São inúmeras as discussões a respeito da literatura argentina e sua formação, desde as cartas trocadas entre Renzi e seu tio até a conversa entre o protagonista e os amigos do tio quando tenta visitá-lo numa cidadezinha do interior do país. Também são interessantíssimas as hipóteses levantadas por esses personagens a respeito de história, filosofia e literatura, que dão ao texto essa impressão mista entre ficção e ensaio. O mais importante, porém, como diz um dos personagens, nunca é dito e é o fato de que o livro foi publicado e se passa durante a ditadura. Para passar pelos censores, Piglia nunca cita diretamente o regime militar argentino, mas trata de outros regimes históricos do país, do nazismo através dos exilados europeus, da censura e interceptação de cartas e do misterioso desaparecimento de seu tio, que pode ter sido perseguido pelo governo. Me faz pensar que o título, Respiração artificial, trata dessa tentativa de manter viva a tradição literária argentina em meio ao terror e à censura.
April 1,2025
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Espero leer algo mejor durante el año. De momento, directito al top 3 de lo leído y por leer 2024. Qué wea más maravillosa.
April 1,2025
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Dice Antonio Skármeta que los nacidos alrededor de 1940 son los primeros en América latina en enfrentarse masivamente con la elocuencia de los medios de comunicación de masas. Los filmes en cinerama y la perfección técnica del color, les sumergen en la nueva sensualidad de la imagen.

Ricardo Piglia nació en 1941 y empezó a publicar libros de cuentos en 1967 (La invasión) por lo que éste y su siguiente libro, Nombre falso, también de cuentos (1975), pueden considerarse pertenecientes a la década de los 70, su tercera obra, sin embargo, data de 1980 (este vacío de cinco años en su producción literaria se debe a la dictadura argentina; 24 de marzo de 1976) se trata de la conocidísima Respiración artificial, de la que los propios escritores argentinos afirman que es una de las diez mejores novelas escritas en aquel país. Los mayores representantes del exilio interior son Ricardo Piglia y Jorge Asís, pero la literatura de Piglia se extiende aún más allá, llega hasta la década de los 90 y luego sigue publicando ensayos, el más reciente de ellos es El último lector (2005). A pesar de estos citados ensayos, la bibliografía de Piglia está compuesta en su mayor parte de relatos o novelas:

- La invasión (relatos, 1967)
- Nombre falso (relatos, 1975)
- Respiración artificial (novela, 1980)
- Prisión perpetua (dos novelas cortas, 1988)
- La ciudad ausente (novela, 1992)
- Cuentos morales (relatos, 1995)
- Plata quemada (novela, 1997)
- Crítica y ficción (ensayo, 1986)
- Formas breves (ensayo, 1999)
- Diccionario de la novela de Macedonio Fernández (ensayo, 2000)
- El último lector (ensayo, 2005)

En medio de toda esta mezcolanza que supone la contracultura, parece como si Piglia quisiera recuperar la clásica relación entre literatura e historia (una relación con diferencias muy difuminadas en el período grecorromano). El autor no entra de lleno en esta contracultura (en realidad, la base cultural de Piglia es fundamentalmente libresca) sino que ha sido definido incluso como perteneciente a una cultura de contravención entendida como sorprendente, desobediente en el sentido en que no sigue a rajatabla las tendencias de la época literaria de la que es producto.

Ricardo Piglia es posiblemente el narrador argentino más radical en su experimentación con formas que integran la literatura popular […] ha llegado a elaborar una teoría y una praxis de la narración que se desdobla y se contempla a sí misma aunque las referencias a la realidad no están de ninguna manera ausentes, en esencia lo que hace es una literatura sobra la literatura.

Respiración artificial fue publicada en 1980, momento en que la censura no es tan rígida como sólo cuatro años antes y permite apenas un resquicio que Piglia aprovecha criticando la dictadura en una novela codificada, en la que aporta la mitad del significado completo, mientras que la otra mitad de la solución –como un detective de novela negra- debe aportarla el lector.

La referencia al lector como detective no ha sido gratuita, el autor argentino estaba muy influido por la lectura de Dashiell Hammett y otros autores americanos de novela negra (Chandler, Cain, etc.) En 1968, en Buenos Aires, empezó a dirigir la colección de novela policíaca estadounidense para una editorial pequeña llamada “Tiempo contemporáneo”, en palabras del autor: “En aquellos tiempos, llevar adelante este proyecto suponía que tenías que leer treinta libros para escoger uno, recibía cajas y cajas, me pasaba el día leyendo”.
De esta ingente lectura de novela negra, el autor se interesa principalmente por el concepto del poder y el modo en que éste corrompe a las personas.
Piglia también admite su influencia de los autores de la generación perdida (Hemingway, Fitzgerald, etc.) Piglia cuenta que su infancia no estuvo ligada a la literatura, no fue hasta la adolescencia cuando se convirtió en un lector adicto. Entonces empezó a leer a Knut Hamsun y André Gide hasta que en el bar que frecuentaba (Ambos mundos) un norteamericano exiliado se rió de las lecturas de él y sus amigos y les dijo que los únicos autores que valían la pena eran Fitzgerald y Hemingway.

En cuanto a sus compatriotas, la influencia general más palpable en sus obras (incluso a través de fragmentos reproducidos) es la de dos autores: Jorge Luis Borges y Roberto Arlt:

Ficción y teoría parecen términos opuestos o no conciliables en el mismo espacio de escritura. La novela en este siglo ha roto con este supuesto y ha llevado la teoría a la ficción y ha ficcionalizado teorías en el marco de la novela. Ricardo Piglia es uno de los escritores en la Argentina que ha tratado de recorrer esta relación desde su primera novela Respiración artificial, en donde, de Tinianov a Wittgenstein, los traslados se hacen evidentes y la estrategia de la erudición encierra estas postulaciones teóricas ficcionales que llevan indefectiblemente el estigma borgeano.


Piglia fue gestando su novela, que se constituye a modo de una pregunta al pasado; al pasado político e histórico de la Argentina, pero también al cultural, en cierto modo se trata de una interrogación acerca de qué es lo que ha llevado a su país natal a vivir una dictadura, a la pérdida de la libertad y cómo debe la literatura responder a ello.
La novela establece una hipótesis literaria –quizá pseudohistórica- de algo que ya había advertido la crítica kafkiana: que la obra de Kafka era una anticipación del genocidio nazi, una especie de macabra broma literaria.

Aunque lo más interesante de la novela, como dice el mismo Piglia a través de un personaje de Respiración artificial: “En literatura lo más importante es lo que no se dice”. Esto es: lo que no se podía decir durante la dictadura argentina, la verdad acerca de los “desaparecidos” como Marcelo Maggi /Emilio Ossorio.
Con vistas a que el lector complete esa otra mitad del significado que no se aporta directamente se dan todos los datos acerca de Hitler y el nazismo alemán. Es más, el personaje de Tardewski afirma en cierto momento que Mein Kampf, el libro escrito por Hitler, es en realidad una segunda parte del Discurso del método cartesiano, y añade aún más: el racionalismo de Descartes ha llevado a la humanidad a los fascismos.
Así que como una pista en una novela negra, Piglia deja caer el título de la segunda parte de la obra: “Descartes”, lo que para el citado personaje sería lo mismo que decir fascismos o más concretamente una referencia a la dictadura argentina.

En diferentes entrevistas, en sus trabajos críticos, Piglia ha sostenido una política de la literatura frente al Estado. Esta resignificación del mito sartreano está matizada con la Filosofía del lenguaje que le permite construir en la ficción la idea de un lenguaje que subvierte. Lo ha dicho hasta el cansancio y lo ha llevado a la práctica: no es sólo su preferencia por personajes ubicados en el margen, no es sólo su reiterada fascinación por las locas pitonisas, se trata de un ejercicio que se hace militancia. Interrogado sobre la especificidad de la ficción, Piglia responde: «me interesa trabajar esa zona indeterminada donde se cruzan la ficción con la verdad», y agrega, «la Argentina de estos años es un buen lugar para ver hasta qué punto el discurso del poder adquiere a menudo la forma de una ficción criminal». Frente a este lenguaje que enmascara la verdad con los ropajes de la ficción, la literatura resulta para el escritor un lugar revulsivo, contraideológico que en las construcciones ficcionales encierra las formas de lo posible . Como Scherezade la literatura resiste las leyes del poder.

Las cosas se dicen “a medias” en la historia oficial, lo que Piglia propone es que la ficción, al igual que la nueva novela histórica, sea una especie de historia que realce la visión de los vencidos. La labor del escritor es recoger los fragmentos de verdad situados al margen y narrarlos en sus novelas para que revelen “la realidad histórica verdadera”.
Como ya dijo Carlos Fuentes:

El arte da voz a lo que la historia ha negado, silenciado o perseguido. El arte rescata la verdad de las mentiras de la historia.


La novela se divide en dos partes, en la primera de ellas se muestran una serie de cartas, de Emilio Renzi a su tío Marcelo Maggi, donde se explica la historia de este último y se cuenta la historia, la causa por la que abandonó Argentina. Esta recreación se produce a retazos, en cartas intermitentes.
En la segunda parte, Renzi va en busca de su tío, pero sólo encuentra al intelectual Tardewski, la narración se centra entonces en la propia literatura, la novela se convierte en metaliteratura y evidencia las influencias literarias de Piglia (principalmente Arlt y Borges) pero esta conversación llega a derivar en Huxley e incluso Shakespeare. A partir del momento en que Tardewski lleva a Renzi a su casa, la novela se vuelve mucho más interesante, el exiliado polaco le cuenta lo que Adolf Hitler hizo durante los años oscuros de su biografía. Quería ser pintor y conoció a Kafka, el único que creyó las atrocidades que Hitler le narraba, la nación que el futuro dictador quería convertir en una enorme prisión en la que contener a todo aquel que no estuviera de acuerdo con sus ideas: “Pero Kafka sí. Kafka sabía oír. Estaba atento al murmullo enfermizo de la historia”.
Frank Kafka reflejó las ideas que Hitler le había contado en sus novelas La metamorfosis y El proceso. Piglia termina con esta historia narrando la muerte de Kafka, en cama, mientras Hitler dicta las últimas líneas de Mein Kampf en un recurso de superposición de escenas cada vez más climático hasta que se regresa a casa de Tardewski, en la que Renzi lee una carta de su tío dirigida al que encuentre su cadáver en la que confiesa ser Emilio Ossorio (mano derecha de Rosas, durante la dictadura, un personaje que ya se había presentado en la primera parte) por tanto, su tío jamás acudirá esa noche, porque Emilio Ossorio se suicidó sobre la tumba de su amada.

El recurso usado por Piglia, el ir rellenando los huecos que la historia deja en la sombra se usará posteriormente en la llamada “nueva novela histórica” pero Piglia lo hace con maestría, porque es cierto que hay varios años desconocidos en la biografía de Adolf Hitler, es cierto que de joven el genocida quiso ser pintor; también es cierto que la crítica kafkiana ha visto algo del horror nazista en la obras de Kafka, escritas previamente.
Lo que hace Piglia es reunir todos esos elementos y dejar actuar su genio de escritor; dando una hipótesis verosímil que une dos cabos de historia. El autor distingue entre Historia cerrada (escrita en mayúscula en la propia novela) e historia de la literatura, ésta es abierta, interpretativa; el escritor debe darla a conocer desde su investigación y sus conocimientos.
Todos los personajes de la novela tienen un proyecto, algo que escriben siempre relacionado con esta historia, lo que hace que la novela tenga una doble intertextualidad

Esta historia del dictador y el joven escritor asustado ante lo que oye tiene además la función de ocultar la crítica que Piglia realiza en la novela a la situación de Argentina. Arrocena, el hombre que lee las cartas intentando encontrar en ellas claves o pistas es una réplica del estado, se trata del censor, que al entregar la novela intentaría encontrar en ella alguna especie de comunicación peligrosa para el gobierno. Simboliza a los encargados de hacer desaparecer ciertas cartas durante las dictaduras.
La misma novela entera está llena de mensajes y las fechas presentes en ella son pistas que el lector debe descifrar para comprender el sentido completo de la novela.

Respiración artificial es además una novela de la escritura, por la ingente cantidad de datos literarios que contienen sus páginas. Se caracteriza por su heterogeneidad y la presencia de elementos tomados de la novela negra.

Se puede afirmar sin temor a equivocarse, que Emilio Renzi, protagonista de la novela, es el alter ego de Ricardo Piglia. Además de la profesión de escritor de ambos, y la defensa que Renzi realiza de Borges y Roberto Arlt, autores predilectos de Piglia, como ya se ha indicado varias veces; ambos comparten nombre pues el personaje Renzi lleva el segundo nombre y apellido del propio Piglia. Este personaje pasa toda la noche esperando a su tío, que no aparece jamás y hablando de literatura con Tardewski quien le cuenta lo que ha descubierto en la vida de Hitler y por qué Kafka escribe esas novelas que de alguna manera predicen lo que ocurrirá. Esta es una de las máximas de la literatura de Piglia: el escritor no sólo debe estar atento a lo que ocurre, sino a lo que podría ocurrir.
April 1,2025
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Ci sono poche idee dovunque, Wittgenstein ne ebbe due in tutta la sua vita, ma tutti credono che ciò che pensano sia un'idea.

[92/100]
April 1,2025
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¿si no sos de Letras llegás a entender la mitad al menos? Igual soy fans, excelente novela.
April 1,2025
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Me apena bastante la calificación que le doy. Hay muchas... muuuuuchas partes que adoré de este libro, pero aún siento que algo (lo principal) se me escapa. De todas formas fue un excelente libro y quiero dejar "destacado, subrayado, en mayúsculas y cursiva": LA CALIFICACIÓN ES MI CULPA, NO DEL LIBRO.

P.D: Algún día lo releeré, porque siento las ganas de volver de nuevo en algún momento. Lo descubriré Señor Piglia.
April 1,2025
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La lectura de Respiración artificial provoca en sus lectores una suerte de fragmentación de la historia, donde pasado y presente borran los limites de la realidad y la ficción. Con una trama tirada sobre cartas sueltas, decenas de relatos que no llegaron a un final feliz, referencias intertextuales, homenajes a otras obras y autores, y porque no decir las conjeturas de algunos textos. Ensayo, autobiografía, crónica, escritura epistolar y critica literaria que hacen el texto trascienda.

Con una estructura diferenciada en dos partes, la primera que va en la búsqueda de la verdad que propinaron el fracaso personal y profesional de Marcelo Maggi, que circula en la familia como algo deshonroso y en distintas versiones, enfrenta a Emilio Renzi con la oscura vigilancia de las fuerzas de inteligencia, todo poderosas durante la dictadura militar argentina de los años setenta, una sociedad dominada por el terror del Estado, sometida a la pacificación brutal. Donde bien describe los brazos supervisores del estado, que hasta las correspondencia eran intervenidas. Descifrar el intercambio entre Maggi y Renzi en las misivas que se escribían. Si bien esta parte da inicio a la construcción del texto, creo que es el que menos peso tiene. La segunda parte es mucho más interesante, donde se dan unas conversaciones o coloquios en el Club Social con tres personajes: el polaco Vladímir Tardewski, el conde Tokray, exiliado ruso, y el periodista Marconi, donde se saca tremendas apreciaciones sobre Tolsti y la Rusia Zarista, las obras de Borges, Martin Fiero, James Joyce, Don Quijote, Robert Arlt, considerado por la tertulia como el único escritor verdaderamente moderno que produjo la literatura argentina del siglo XX, de las coincidencias entre los textos de Kafka y Hitler.

Sin lugar a duda, no espera mucho por el titulo, pero es un texto, que al ir desenmarañado cada uno de sus componentes hace que uno cambie de parecer, pues su autor desata los enigmas, los secretos, las sospechas, los olvidos, las distorsiones, los sinsentidos de la Historia a los que sólo se llega con mirada oblicua y mala letra, neurotizando la realidad desde la ficción, la zona donde el testigo neutro deviene narrador.
April 1,2025
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Me encanta Piglia, tan borgeano todo, personajes de una profundidad admirable, el capitulo "Descartes" es magnifico; distintos generos van predominando en el texto, desde ficción detectivesca a novela epistolar, monólogos que parecen ensayos sobre el estilo de Arlt, Joyce, un cruce histórico entre Kafka/Heidegger/Hitler, etc.
Hay algunas líneas argumentales que inician y terminan en nada pero se sostienen por lo entretenidas que son.
April 1,2025
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Interessante romance que, em muitas ocasiões, lembrou-me ao Detectives asesinos de Bolaño. Piglia faz uma espécie de grande ensaio que se confunde com a ficção, que, justamente por ficar no meio caminho entre ambas as empreitas, torna-se tão sumamente atraente. Fiquei feliz pelo fato de Piglia não ter deixado o caminho narrativo em momento algum, mesmo deixando-o num plano secundário na maior parte do texto. É uma experiência fabulosa ler Piglia, principalmente para aqueles que se deliciam com Borges, Bolaño ou Cortázar.
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