No se dejen engañar. Esto no es una crítica al sistema educativo como tal. Sin embargo, es importante reconocer que hay aspectos que pueden mejorar. El sistema educativo tiene el objetivo de preparar a los estudiantes para el mundo real y para sus futuros profesionales. Pero a veces, se enfoca demasiado en la memorización y la reproducción de conocimientos, en lugar de en el desarrollo de habilidades críticas, creativas y de resolución de problemas.
Además, el sistema educativo a menudo es demasiado estándarizado y no toma en cuenta las diferencias individuales de los estudiantes. Cada estudiante tiene sus propios intereses, habilidades y estilos de aprendizaje. Es necesario un enfoque más personalizado y flexible para que todos los estudiantes puedan alcanzar su máximo potencial.
En resumen, aunque el sistema educativo tiene un rol importante en la sociedad, no es perfecto. Hay muchas oportunidades para mejorar y adaptarse a las necesidades cambiantes de los estudiantes y del mundo moderno.
Extraeré lo que me pareció relevante:
La democracia ha fracasado debido a que hay demasiada gente que la teme. Las personas se han vuelto cautivas de mitos que son persistentes porque no se les cuestiona. Son convincentes pues ofrecen un retrato simplificado de una realidad compleja y son antirrealistas ya que disfrazan la verdad. Ni siquiera Abraham Lincoln, el presidente antiesclavista, respaldó plenamente los principios de igualdad, respeto a la vida, libertad y persecución de la felicidad contenidos en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos. Cuando afirmó que no estaba a favor de fomentar la igualdad social y política de las razas blanca y negra, mostró una contradicción.
Invadir un país y arrestar a su jefe de estado es una violación de las mismas leyes internacionales que los EE.UU. afirmaban defender durante la guerra del Golfo. Chomsky insta a los lectores a tomarse en serio el desafío de convertirse en agentes de la historia, a trabajar por un mundo menos discriminatorio, más democrático, menos deshumanizador y más justo. En Cambridge, hay un dicho que refleja bien la diferencia: Harvard forma a la gente que gobierna el mundo; el MIT forma a los que lo hacen funcionar.
Si te retrotraes al tiempo de la Biblia, verás que los intelectuales denominados «falsos profetas» trabajaban en pro de los intereses de los poderosos. El escándalo es tan grande que sobran los comentarios. Los estudiantes no aprenden simplemente por una transferencia de conocimientos, que se engulle con el aprendizaje memorístico y después se vomite. El aprendizaje verdadero tiene que ver con descubrir la verdad, no con la imposición de una verdad oficial. Esta última opción no conduce al desarrollo de un pensamiento crítico e independiente.
En nuestra democracia, los miembros del «rebaño» tienen la posibilidad de participar en la aprobación de un líder mediante elecciones. Pero una vez que lo han aprobado, deben retirarse y convertirse en espectadores. Los aristócratas temen al pueblo y desean alejarlo del poder, mientras que los demócratas se identifican con él y lo confían. El objetivo de la educación es educar para la libertad y la democracia, como postuló Dewey, o bien educar para la obediencia, la subordinación y la marginalización, como exigen las instituciones dominantes.
La flexibilidad del mercado laboral significa trabajar horas extra sin seguridad de trabajo, sin contratos ni derechos. Washington consideraría inamistoso que un gobierno extranjero financiara entidades disidentes de los EE.UU. y probablemente no aprobaría que el embajador soviético participara en manifestaciones. La hipocresía no tiene fronteras y Europa está más colonizada de lo que se quiere creer. Ningún diálogo puede desarrollarse entre armas. El discurso de los privilegiados está marcado por la confianza y el triunfalismo. No deberíamos sacrificar nuestro propio interés a beneficio de otros. Los Estados Unidos impidieron la entrada del acero británico con altos aranceles para desarrollar su propia industria del metal. La Revolución Industrial dependía de un algodón barato y la «época dorada» del capitalismo contemporáneo dependió de una energía barata. «Empresa libre» significa que el público pague los gastos y asuma los riesgos. Si te atienes a la línea del partido, no necesitas documentar nada; puedes decir lo que te venga en gana. Es un privilegio de la obediencia. La gente no siempre comprende que un pequeño incendio en una habitación es una amenaza, no porque sea pequeño, sino porque una chispa puede convertirse en una hoguera.