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“Desear haber dicho no es ya haber dicho si”
“Los libros hay que leerlos tan pausada y cautelosamente como fueron escritos”
“Escribir es una actividad solitaria. Se apodera de tu vida. En cierto sentido, un escritor no tiene vida propia.”
“No estoy hablando de deseo, tanto como de conocimiento, del descubrimiento que de dos personas, a través del deseo, pueden crear algo más poderoso de lo que ninguno de ellos podría crear solo. “
La segunda parte de la llamada “Trilogía de Nueva York” me ha encantado. No tiene una estructura demasiado común.
Auster, es otro de esos escritores que utiliza la literatura para jugar. No a modo de desprecio, sino todo lo contrario. Para jugar con la literatura se precisa de una mano de cirujano, de un dominio de la cadencia y la narrativa casi absolutos. Lo va consiguiendo con el paso de los años, toda su bibliografía es muestra de ello.
Paul Auster, al igual que muchos otros escritores, se dedicaba a mejorar su calidad de vida de la mejor forma que podía, en este caso, traduciendo algunos libros del francés. Anduvo probando con mucha clase de historias hasta que al final, nunca mejor dicho, dio con la tecla adecuada. Lo que hizo fue una novela de corte popular, pero con una estructura muy de su estilo, una novela negra. Y es que, precisamente, esa mezcla de género con metaliteratura convierte a Paul Auster en todo un maestro en hacer lo que le da la gana con las palabras, también con el lector.
Me quedan muchos libros por delante de este autor, a propósito de esta segunda entrega, para quien le guste escribir, casi que viene como anillo al dedo, ya que habla del oficio de escribir y como uno de esos personajes puede cobrar vida a través de un imaginario muy concreto. Imaginación a raudales con este Auster.
“Los libros hay que leerlos tan pausada y cautelosamente como fueron escritos”
“Escribir es una actividad solitaria. Se apodera de tu vida. En cierto sentido, un escritor no tiene vida propia.”
“No estoy hablando de deseo, tanto como de conocimiento, del descubrimiento que de dos personas, a través del deseo, pueden crear algo más poderoso de lo que ninguno de ellos podría crear solo. “
La segunda parte de la llamada “Trilogía de Nueva York” me ha encantado. No tiene una estructura demasiado común.
Auster, es otro de esos escritores que utiliza la literatura para jugar. No a modo de desprecio, sino todo lo contrario. Para jugar con la literatura se precisa de una mano de cirujano, de un dominio de la cadencia y la narrativa casi absolutos. Lo va consiguiendo con el paso de los años, toda su bibliografía es muestra de ello.
Paul Auster, al igual que muchos otros escritores, se dedicaba a mejorar su calidad de vida de la mejor forma que podía, en este caso, traduciendo algunos libros del francés. Anduvo probando con mucha clase de historias hasta que al final, nunca mejor dicho, dio con la tecla adecuada. Lo que hizo fue una novela de corte popular, pero con una estructura muy de su estilo, una novela negra. Y es que, precisamente, esa mezcla de género con metaliteratura convierte a Paul Auster en todo un maestro en hacer lo que le da la gana con las palabras, también con el lector.
Me quedan muchos libros por delante de este autor, a propósito de esta segunda entrega, para quien le guste escribir, casi que viene como anillo al dedo, ya que habla del oficio de escribir y como uno de esos personajes puede cobrar vida a través de un imaginario muy concreto. Imaginación a raudales con este Auster.