Una novela entrañable que te hace pasar un muy buen momento

Sencilla y tierna. No creo que otras palabras pudieran definir mejor Adiós, Señor Chips. Una novela de James Hilton, publicada por Trotalibros, que podría haber devorado, pero que he preferido leer a pequeños sorbos durante la última semana, mientras tomaba mi café a media tarde. Y es que esta novela está hecha para eso, para regalarnos un ratito relajado y agradable mientras conocemos al señor Chipping, un viejo profesor de griego y latín de la escuela secundaria Brookfield.

Es imposible no cogerle cariño al señor Chipping y no retrotraerte a tus años de colegio con esta lectura. Porque, ¿quién no ha tenido un señor Chipping? En mi caso señora, Gloria. No solo supo inculcarnos su pasión por la literatura, sino que además logró ganarse nuestro cariño como nuestro protagonista. Tuve la suerte de verla 20 años después de abandonar el colegio y a pesar del paso del tiempo, sentí que desprendía la misma serenidad y bondad que entonces.

No pasa nada extraordinario en Adiós, señor Chips . Tampoco es necesario. El amor que siente este viejo profesor por la institución de la que forma parte y por sus alumnos te toca y te hunde desde las primeras páginas. El señor Chipping es, además, un personaje muy real al que rápidamente pones cara y puedes incluso escuchar hablar. Y es que gracias a la forma de hablar tan especial de la que su autor le dota, no cuesta ponerle voz a sus tantas vivencias y anécdotas, esas que atesora y de las que, como él mismo señala con añoranza, ya nadie se acuerda.

Adiós, señor Chips es una de esas novelas que creo puede gustar a todo el mundo. Una novela fácil de leer, tierna y melancólica cuyo poso es mayor transcurrido unos días tras darle la vuelta a la última página.

Me esperaba muchísimo más de este libro, pero muchísimo.
Desde siempre he sido una persona muy afín a los profesores, me resulta una de las profesiones más duras, importantes y maravillosas que existen. Y he tenido la suerte de tener maestros absolutamente increíbles que han marcado mi vida. Y llegué a este libro queriendo enamorarme, queriendo llorar, queriendo sentir toda esa pasión por la enseñanza y esa oda a la vida... y no encontré nada de eso.
Para mí fue un relato bastante plano de un señor británico hablando de su vida, sin ni siquiera contarlo todo, que no profundiza ni deja marca.
Sé que a mucha gente le ha llegado, pero yo no he sido capaz de encontrar ese brillo que a todos parece iluminar.

El señor Chipping ha dedicado su vida a la enseñanza. Ahora, ya jubilado, sigue viviendo cerca de la escuela secundaria de Brookfield donde siempre ha impartido clase, en una casa donde su principal ocupación es recordar momentos de su pasado o recibir las visitas de sus ex alumnos. Nosotros, los lectores, nos sentimos como uno más en ese salón en el que se respiran esos recuerdos, los episodios de la vida de este profesor tan entrañable y de su escuela que ya forman parte también de nuestras propias memorias.

La historia del señor Chips está llena de anécdotas curiosas, divertidas, amables, entrañables, es una historia preciosa, las páginas vuelan, pero también hay bastantes episodios dolorosos (al menos para mí). Y creo que eso ha sido así porque toda la historia del señor Chips está tan bien ambientada, tan bien relacionada con su contexto histórico (Inglaterra, finales del siglo XIX, principios del XX), que es imposible que no te lo creas y que no te salpique de alguna manera. Yo me sentí totalmente inmersa en esta breve novela y todavía hay capítulos que no he superado.

La edición de Trotalibros, muy cuidada y llena de detalles, incluye algunas ilustraciones de Jordi Vila Delclòs, perfectas para el libro, además de un perfil biográfico del autor, el ilustrador y la traductora, Concha Cardeñoso, y una nota final muy personal del editor Jan Arimany.

n  n    "Brookfield will never forget his lovableness."n  n

Before starting, I thought I wouldn't love this novel. Turned out I was partiality right. Yeah! I loved it, but not completely. Because it was little boring for my taste. Although it was boring, I liked the character of Mr. Chips. It was so vivid and complete. His character development was gradual. And that was good. I liked his sense of humour and thoughts.
I liked his chapters with Katherine. Those were the best. And last few chapters related to war were also good. Except for them, I couldn't enjoy much of the novel. His death scene literally made my eyes wet. Maybe because I got emotionally attached with him as I had been reading this novel for almost six months. Oh, I forgot to tell you. I read it as a course-book. Not by my will. I could read this before my class. But I didn't. I didn't want to.
My English professor did an excellent job in explaining this novel. It is also one the reasons I loved this. :)
Don't know what to say further. Also don't know whether I should recommend this. It just depends upon your taste.

24 January, 2018

What a lovely story.

Reading books when they're part of your curriculum takes all the fun out of the experience and whatever effect the book is supposed to have on you is lost as you spend day after day analyzing the story and finding answers to questions. But...I think it's safe to say that while reading this, it wasn't like that at all. I became completely engrossed with the story and was always a few chapters ahead of the rest of the class. I remember reading the story, sitting on one of the back seats, ignoring what the teacher was telling us with no one but my best friend aware of what I was doing. It's sad and funny and emotional and totally worth it.

I loved this book and read it a few times before listing it as read here.

Sweet and touching.

Mr. Chips Stays

My first introduction to this story was through the 1960’s movie with Peter O’Toole playing Mr. Chips. I loved the movie as a kid but after reading the 1933 novelette. I was less impressed with the book. “Goodbye, Mr. Chips” is a sweet story based on a Victorian gentleman’s childhood and a life spent teaching at an English public school through the First World War. The plot mirrors the times and traditions of such institutions during that period which were based largely on class and its privileges. It’s also about how one individual, Mr. Chips, changes with maturity and outside influence. In Mr. Chips’ case his unlikely marriage to Katherine changes quite a bit about him. Katherine is a much younger, more intelligent, and compassionate person than Chips. She opens his view of the world. He begins to appreciate the boys’ individuality, he allows his humor to show, and becomes more aware of the big picture. He becomes more human. Like I said it’s a lovely and touching story, a pleasant way to while away a few hours. This might be one of those rare instances where the movie is better than the book.

El profesor que todos quisimos tener.
La persona en la que todos quisiéramos convertirnos.
El recuerdo que a todos nos gustaría ser.

This was a quick read about a man who became an institution at a boy's school in England.