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Elizabeth Costello nos narra la historia de una anciana escritora australiana. Esta historia es solo una pequeña parte de toda su vida, y gira en torno a ciertos recuerdos y ciertos momentos que, a su vez, conjugan vida y literatura. Esto nos muestra Coetzee en una prosa muy cuidada, aunque a momentos, monótona.
Por una parte, la novela tiene muchos puntos de interés. Por ejemplo, el ahondar en los personajes sin hacernos un largo recuento de su historia, o la crítica que se encuentra hacia los escritores africanos, quienes solo escriben su exotismo para los extranjeros. También, está el hecho de que la historia se centre en una mujer anciana, que para mí, representa la vejez, el recuerdo de la juventud, el miedo a la soledad, y el miedo de vivir en un mundo más impersonal, carente de sentido y totalmente cambiante. Nuestra protagonista se dice a sí misma:
Coetzee le da un poder increíble a esta escritora, a esta "secretaria de lo invisible", que nos muestra sus defectos, sus virtudes, sus debilidades. Sin embargo, para mí, lo más interesante fue el enfoque que le dió un escritor masculino a una voz tan femenina. Por lo general, estoy acostumbrada a que las mujeres sean las que escriban a los personajes femeninos de una forma muy verdadera. Aquí, no solo se conjuga la voz femenina, sino el cuerpo femenino.
Por otra parte, creo que lo que quiso proponer el autor es una crítica que nos hace (o hará, a quienes no lo han leído) reflexionar en lo que creemos, en cómo vivimos, en qué nos motiva para hacer lo que hacemos, sea eso lo que sea que signifique. Hay cierto compromiso en "creer", pues parece que así poseemos la "Verdad". Pero ¿qué es la "Verdad"? Lo mucho que rescato de esta novela es su manera de relacionar tan estrechamente la literatura y la vida, pues, como dice:
En cuanto a la forma, me gustaron los cambios de voz narrativa, a pesar de que al principio parecía un ensayo o algo parecido para atrapar al lector. Los diálogos (que, en su mayor parte son el centro de las conferencias que forman los capítulos) me parecieron un tanto forzados. Si han leído a Kafka, el último capítulo inmediatamente te conecta a él aunque bueno, en toda la novela hay referencias de Karfka, so y el epílogo es bien raro.
Por una parte, la novela tiene muchos puntos de interés. Por ejemplo, el ahondar en los personajes sin hacernos un largo recuento de su historia, o la crítica que se encuentra hacia los escritores africanos, quienes solo escriben su exotismo para los extranjeros. También, está el hecho de que la historia se centre en una mujer anciana, que para mí, representa la vejez, el recuerdo de la juventud, el miedo a la soledad, y el miedo de vivir en un mundo más impersonal, carente de sentido y totalmente cambiante. Nuestra protagonista se dice a sí misma:
La vida es así. Todo el mundo la acepta, ¿por qué no puedes aceptarla tú? ¿Por qué no puedes aceptarla? (p.120)
Coetzee le da un poder increíble a esta escritora, a esta "secretaria de lo invisible", que nos muestra sus defectos, sus virtudes, sus debilidades. Sin embargo, para mí, lo más interesante fue el enfoque que le dió un escritor masculino a una voz tan femenina. Por lo general, estoy acostumbrada a que las mujeres sean las que escriban a los personajes femeninos de una forma muy verdadera. Aquí, no solo se conjuga la voz femenina, sino el cuerpo femenino.
Por otra parte, creo que lo que quiso proponer el autor es una crítica que nos hace (o hará, a quienes no lo han leído) reflexionar en lo que creemos, en cómo vivimos, en qué nos motiva para hacer lo que hacemos, sea eso lo que sea que signifique. Hay cierto compromiso en "creer", pues parece que así poseemos la "Verdad". Pero ¿qué es la "Verdad"? Lo mucho que rescato de esta novela es su manera de relacionar tan estrechamente la literatura y la vida, pues, como dice:
Por mi parte, yo diría que basta con que los libros nos enseñen algo de nosotros mismos. Cualquier lector debería contentarse con eso. O casi cualquier lector(p.133)
En cuanto a la forma, me gustaron los cambios de voz narrativa, a pesar de que al principio parecía un ensayo o algo parecido para atrapar al lector. Los diálogos (que, en su mayor parte son el centro de las conferencias que forman los capítulos) me parecieron un tanto forzados. Si han leído a Kafka, el último capítulo inmediatamente te conecta a él aunque bueno, en toda la novela hay referencias de Karfka, so y el epílogo es bien raro.