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Tenía un poco de miedo de escuchar este porque Ensayo sobre la ceguera me golpeó muy fuerte, quizá lo escuché en un momento complicado, pero me dejó llorando en el suelo en un momento. Sin embargo, me pareció un libro tan brillante que sabía que tenía que leer los demás de Saramago.
Durante unas elecciones municipales casi rutinarias ocurrió una anomalía; más del 80% de las personas votaron en blanco. El gobierno busca respuestas y explicaciones, pero la gente no las entrega, no como si fuera secreto, sino que algo lógico. Esto los lleva a tomar decisiones más drásticas creyendo que debe haber un grupo anarquista infiltrado en la población.
En la primera mitad el libro se enfocó más en narrar el actuar del gobierno, describir el cómo sabían que había algo extraño ese día de votación y luego la búsqueda desesperada por explicaciones. Fue con calma describiendo el día lluvioso y la preparación de los distintos partidos, para ir aumentando poco a poco lo que parecía solo un mal día de elecciones. Siempre con foco en el gobierno y dejándonos a las personas que votaron en blanco como un misterio.
En Ensayo sobre la ceguera el autor hacía un reflejo de la naturaleza humana, el cómo actuaríamos frente esa situación ya sin ley y el cómo algunos solo buscan su propio bien. También retrató lo contrario, el cómo algunas personas se mantienen fieles a sí mismas y a los demás y siempre velarán por el bien común. Ese libro me pareció terrible e incómodo, lo pasé francamente mal durante gran parte, además había una constante tensión por no saber qué iba a pasar a continuación.
Por otro lado, este libro se sintió menos incómodo y tenso en ese aspecto. Además, como la primera mitad se centró en distintos personajes del gobierno no había mucho espacio a empatizar con los personajes o sentir su dolor. Y aquí está lo interesante, la gente está bien, la ciudad no cae en la anarquía ni en el caos, pero para el gobierno es lo peor que le pudo suceder. Ese contraste y el cómo Saramago va describiendo el actuar del gobierno y su sorpresa continua cuando la gente no actúa cómo ellos esperaban me pareció brillante.
Mientras que en el libro anterior temíamos constantemente por lo que la gente haría, acá pasó lo contrario. No temíamos por sus acciones, porque todos estaban claros y tranquilos, todos hacían lo que creían correcto y los únicos asustados eran del gobierno. Siempre me pregunté qué pasaría si todos decidiéramos votar en blanco como una forma de protesta, no creo que suceda como esta plaga de lucidez, pero me pareció una explicación bastante acertada de la reacción del gobierno.
Sabía que este libro era una especie de continuación de Ensayo sobre la ceguera, pero no fue hasta la segunda mitad que entendí la conexión con aquel libro. La segunda mitad retomó el tono más cercano de la otra, pues se centró en menos personajes, en especial el comisario encargado de buscar algún responsable al que hacerle cargar la culpa. Dejó de lado el tono más satírico del inicio para centrarse en el humano, en particular, unos humanos a los que ya conocíamos bien.
Resultó interesante el contraste de este libro que, a diferencia del anterior, fue tranquilo y seguro durante gran parte para terminar de una forma tan desesperanzadora. El final fue desgarrador, no por lo que sucedió como tal, sino que por lo que significaba. Fue un final muy latinoamericano de alguna forma, no importa cuantas pandemias de lucidez tengamos, en los momentos importantes siempre termina pesando más lo que digan unos pocos y el resto solo pagamos por ello.
Ensayo sobre la lucidez es un nuevo retrato de la sociedad humana por parte del autor, pero esta vez se enfoca en la reacción humana de un gobierno frente a una anomalía. Se enfoca en cómo en vez de hacer una autocrítica su primera reacción siempre es culpar al otro y el cómo ese pensamiento termina castigando a la personas.
Durante unas elecciones municipales casi rutinarias ocurrió una anomalía; más del 80% de las personas votaron en blanco. El gobierno busca respuestas y explicaciones, pero la gente no las entrega, no como si fuera secreto, sino que algo lógico. Esto los lleva a tomar decisiones más drásticas creyendo que debe haber un grupo anarquista infiltrado en la población.
"Tu peor enemigo, según la ley de los ciegos, es siempre aquel que está más cerca de ti. Pero no necesitamos estar ciegos para no saber adónde vamos, pensó"
En la primera mitad el libro se enfocó más en narrar el actuar del gobierno, describir el cómo sabían que había algo extraño ese día de votación y luego la búsqueda desesperada por explicaciones. Fue con calma describiendo el día lluvioso y la preparación de los distintos partidos, para ir aumentando poco a poco lo que parecía solo un mal día de elecciones. Siempre con foco en el gobierno y dejándonos a las personas que votaron en blanco como un misterio.
En Ensayo sobre la ceguera el autor hacía un reflejo de la naturaleza humana, el cómo actuaríamos frente esa situación ya sin ley y el cómo algunos solo buscan su propio bien. También retrató lo contrario, el cómo algunas personas se mantienen fieles a sí mismas y a los demás y siempre velarán por el bien común. Ese libro me pareció terrible e incómodo, lo pasé francamente mal durante gran parte, además había una constante tensión por no saber qué iba a pasar a continuación.
"Lo incomprensible puede ser despreciado"
Por otro lado, este libro se sintió menos incómodo y tenso en ese aspecto. Además, como la primera mitad se centró en distintos personajes del gobierno no había mucho espacio a empatizar con los personajes o sentir su dolor. Y aquí está lo interesante, la gente está bien, la ciudad no cae en la anarquía ni en el caos, pero para el gobierno es lo peor que le pudo suceder. Ese contraste y el cómo Saramago va describiendo el actuar del gobierno y su sorpresa continua cuando la gente no actúa cómo ellos esperaban me pareció brillante.
Mientras que en el libro anterior temíamos constantemente por lo que la gente haría, acá pasó lo contrario. No temíamos por sus acciones, porque todos estaban claros y tranquilos, todos hacían lo que creían correcto y los únicos asustados eran del gobierno. Siempre me pregunté qué pasaría si todos decidiéramos votar en blanco como una forma de protesta, no creo que suceda como esta plaga de lucidez, pero me pareció una explicación bastante acertada de la reacción del gobierno.
"Es regla invariable del poder que resulta mejor cortar las cabezas antes de que comiencen a pensar"
Sabía que este libro era una especie de continuación de Ensayo sobre la ceguera, pero no fue hasta la segunda mitad que entendí la conexión con aquel libro. La segunda mitad retomó el tono más cercano de la otra, pues se centró en menos personajes, en especial el comisario encargado de buscar algún responsable al que hacerle cargar la culpa. Dejó de lado el tono más satírico del inicio para centrarse en el humano, en particular, unos humanos a los que ya conocíamos bien.
Resultó interesante el contraste de este libro que, a diferencia del anterior, fue tranquilo y seguro durante gran parte para terminar de una forma tan desesperanzadora. El final fue desgarrador, no por lo que sucedió como tal, sino que por lo que significaba. Fue un final muy latinoamericano de alguna forma, no importa cuantas pandemias de lucidez tengamos, en los momentos importantes siempre termina pesando más lo que digan unos pocos y el resto solo pagamos por ello.
"Qué pretenden conseguir, las manifestaciones nunca han servido para nada, de otra manera nunca las autorizaríamos"
Ensayo sobre la lucidez es un nuevo retrato de la sociedad humana por parte del autor, pero esta vez se enfoca en la reacción humana de un gobierno frente a una anomalía. Se enfoca en cómo en vez de hacer una autocrítica su primera reacción siempre es culpar al otro y el cómo ese pensamiento termina castigando a la personas.