« La jolie fille : Viens à moi, mon bel amour ! Viens, ah! Viens chercher séjour entre mes bras, dans mon lit pour toute une chaude nuit ! D’âpres feux je suis brûlée, pantelante, ensorcelée par tes beaux cheveux bouclés ! Ah quel désir éperdu me possède, répandu dans la chair qu’il a mordue ! Dieu d’Amour, je t’en supplie, fais que mon ami joli soit mon hôte dans mon lit ! Le garçon : Viens à moi, ma belle amour, viens à moi, descends, accours, ouvre-moi ta porte, ou bien je me pâme, je suis mort ! Seconde, à vif coups de reins, la fougue de mes desseins dans l’assaut que je t’apprête !... Vénus, pour cette fillette tu me fais perdre la tête ! [...] »
"Os digo que debemos entregar la ciudad a las mujeres. Después de todo ya en nuestros hogares nos servimos de ellas como administradoras y tesoreras. Yo os voy a enseñar que su modo de ser ellas son mejores que nosotros."
Como estudiante de literatura griega antigua, esta fue una lectura obligada. Las mujeres pudieron engañar a los hombres para hacerse cargo de Atenas y arreglar todas las macanas en la democracia post-guerra.
A peça em si é interessante, porém a tradução é péssima. O tradutor tentou dar ares mais modernos à peça, porém retirou as referências sexuais e parte do humor encontrados na obra original.
Alguns exemplos absurdos da tradução:
"1a. Mulher: Veja que barba linda! 2a. Mulher: E a minha? Parece a do Lula."
Comme quoi les Grecs étaient réellement plus avancés que nous, puisqu’Aristophane, dans une comédie grecque, met de l’avant le féminisme et le droit des femmes.
C’était drôle et vulgaire, mon genre d’humour.
Mais comme n’importe quelle pièce de l’époque, il y avait beaucoup trop de trou dans l’histoire et des formulations à se casser le ciboulot.
Je crois tout de même que ça rentre dans les classiques et je suis contente de l’avoir lu.
An interesting concept that Aristophanes brings up, being one of the oldest representations of a Communist society I've seen. And while it pokes fun at this society where everyone receives a commonwealth, it also inadvertently pokes fun at women ruling this society, which is a big weakness for Ecclesiazusae. The problem I've seen with Aristophanes' comedies involving politics and women is that you could see him supporting women's rights, but just as easily see him making fun of it. And between this play and Lysistrata, I'd have to say Lysistrata is the more clever and comedic of the two plays.
3.5 Interesting take and a play about group of women who disguise themselves as men to convince the men in the Assembly to give them power to govern, and what happens next. The humor is product of its time, but still it was quite an interesting read if you read it in the context of the time it was written.
Si algo demuestra Aristófanes con Les assembleistes es que no sabe dejar títere con cabeza. Su argumento plantea una suerte de sistema comunista planteado por un grupo de mujeres, pero no hace concesiones: las mujeres son tan terribles como los hombres. Su sistema es caótico y lleno de vacíos legales, pero también se establece que los hombres en el poder hacen estragos al interesarse antes por sí mismos que por el país (véase Blèpir). Teniendo en cuenta el contexto festivo en que se enmarcaban las representaciones de la obra, casi parece lógico que no existan los tapujos en una obra que pretende hacer reír mediante la sátira.
El argumento en sí es bastante irregular. Durante la primera mitad sigue una estructura lógica y con un ritmo bien medido para, en la segunda, cortarlo por completo y terminar no tanto con un final abierto como con uno que casi parece incompleto por su falta absoluta de cierre. Cuando están las mujeres, especialmente Praxàgora, en escena, todo funciona bastante bien. Interacciones fáciles de seguir, interrupciones de diálogo constantes para crear humor, insultos a decenas de hombres de la Asamblea... Pero cuando llegan los dos hombres (Home A y Home B), se vuelve un sinsentido sin mucha gracia y termina en un chiste que se alarga demasiadas páginas. En cierto modo, la propia obra parece transmitir el magnetismo de sus mujeres y el sopor que provocan sus hombres, si bien, como he dicho, Aristófanes insultaba a unas y a otros sin distinciones.
Hay que reconocer que Les assembleistes es un libro bastante explícito. Además de hacer veladas (y no tan veladas) referencias sexuales, hablar abiertamente de relaciones hetero y homosexuales, tratar el coito como tema central e incluso establecer un sistema sexual comunista, hay una buena dosis de humor escatológico y hasta genitales mostrados en escena. Personalmente, no me ha hecho mucha gracia (lo grotesco casi nunca lo hace; se me antoja facilón), pero veo que en su época habría sido un bombazo y casi da miedo saber que muchas de sus críticas al sistema político de entonces pueden trasladarse a la actualidad sin apenas cambios. Ya el encargado de traducir el libro, Eduard Mayans Mevel, se encarga de ofrecer unos comentarios quizá demasiado subjetivos en sus notas al pie. Se agradece el tono cercano y coloquial (que se mezcla con el académico), pero no niego que algún comentario me ha hecho arquear una ceja, no por inverosímil, sino por no venir a cuento. Tampoco puedo destacar mucho negativo de su trabajo: la traducción está hecha con mimo, sus notas son muy informativas y se nota que ha habido toda una investigación detrás. Eso sí, la introducción es bastante desafortunada; se queda en la superficie y no explora suficientemente la lectura.
Al final, aunque no haya acabado muy satisfecho con la obra, al César lo que es del César: este Aristófanes estaba un poco loco y no voy a ser yo el que le lleve la contraria. Hay que tener buena mano para saber estrenar una representación ante miles de personas con el objetivo de insultarlas directamente.