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hay pasajes tan pero tan lúcidos, tan hábiles que, a pesar de que el resto de la novela me haya parecido vulgar incluso abyecto, me ha hecho merecerle un lugar entre mis libros atesorados
Fuera, donde pendía la estrella negra, un silencio panislámico, como el mundo de la caverna, donde hasta el viento se serena. Fuera, en caso de que me atreviese a cavilarlo, la quietud espectral de la demen-cia, el mundo de los hombres, adormecido, exhausto por siglos de matanza incesante. Fuera, una membrana sangrienta y circundante dentro de la cual se producía toda la actividad, mundo heroico de los lunáticos y maníacos que habían apagado la luz del cielo con sangre. ¡Qué apacible nuestra vida de paloma y buitre en la obscuridad! Carne en que enterrar los dientes o el pene, carne abundante y olorosa, sin señal de cuchillo ni tijeras, sin cicatrices de metralla explotada, sin quemaduras de mostaza, sin pulmones quemados.
Fuera, donde pendía la estrella negra, un silencio panislámico, como el mundo de la caverna, donde hasta el viento se serena. Fuera, en caso de que me atreviese a cavilarlo, la quietud espectral de la demen-cia, el mundo de los hombres, adormecido, exhausto por siglos de matanza incesante. Fuera, una membrana sangrienta y circundante dentro de la cual se producía toda la actividad, mundo heroico de los lunáticos y maníacos que habían apagado la luz del cielo con sangre. ¡Qué apacible nuestra vida de paloma y buitre en la obscuridad! Carne en que enterrar los dientes o el pene, carne abundante y olorosa, sin señal de cuchillo ni tijeras, sin cicatrices de metralla explotada, sin quemaduras de mostaza, sin pulmones quemados.