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Son varios los críticos que han señalado que el Fedro es un texto inconexo. Como insostenible por sí mismo, los distintos temas que toca parecen carecer de un algo que los anude y otorgue continuidad a un diálogo que habla sobre la poesía, la escritura, la locura, el amor y la retórica (entre otras cosas, claro está).
Sin embargo, encuentro ese nudo en la perspectiva que se tiene del lenguaje y que va a ser de tremenda relevancia para el mundo de la literatura occidental: el lenguaje es alterable, manipulable y posee la capacidad de determinar el comportamiento de las personas. El lenguaje que circula alrededor de las esferas públicas y privadas trae consigo el poder de alterar las percepciones y de engañar a nuestros cinco sentidos. Bajo esta perspectiva, el lenguaje, podría decirse, puede llegar a componerse de distintas ficciones. Son peligrosas en tanto esas ficciones pueden afectar el comportamiento, las creencias y los valores de la gente. Quien posee el poder de manipular el lenguaje a su favor guarda consigo un tremendo poder que, a ojos de Platón, es tremendamente peligroso. Así de grande es el poder que guarda un lenguaje, que, por primera vez en occidente se explicita de manera tan concreta, controla a las masas y altera los regímenes de verdad dentro de lo que se dice y lo que no.
He allí el nudo que, a mi parecer, logra unir los distintos temas que se tocan en este diálogo y que fue de gran aportación para el mundo de la teoría literaria occidental (cosa que fallaron en enseñarme al momento de toparme con el Fedro en mi formación académica). Platón establece de esta forma una manera de comprender el lenguaje como manipulación y que es, precisamente, lo que se realiza al momento de concretizarse una obra literaria: ya sea con fines estéticos, políticos o didácticos, el producto literario es de alguna forma u otra lenguaje manipulado. En tanto lenguaje manipulado, debe de ser cuestionado y analizado en las formas que transmite la información, pues de lo contrario puede guiar nuestras mentes a lugares que no deseamos que sean guiadas. Las distintas formas de organización del lenguaje nos afectan, pudiendo la poesía o el ejercicio escritural incitarnos al amor o la locura (que no son tan distintos entre sí) gracias al poder retórico y artificioso que poseen.
Sin embargo, encuentro ese nudo en la perspectiva que se tiene del lenguaje y que va a ser de tremenda relevancia para el mundo de la literatura occidental: el lenguaje es alterable, manipulable y posee la capacidad de determinar el comportamiento de las personas. El lenguaje que circula alrededor de las esferas públicas y privadas trae consigo el poder de alterar las percepciones y de engañar a nuestros cinco sentidos. Bajo esta perspectiva, el lenguaje, podría decirse, puede llegar a componerse de distintas ficciones. Son peligrosas en tanto esas ficciones pueden afectar el comportamiento, las creencias y los valores de la gente. Quien posee el poder de manipular el lenguaje a su favor guarda consigo un tremendo poder que, a ojos de Platón, es tremendamente peligroso. Así de grande es el poder que guarda un lenguaje, que, por primera vez en occidente se explicita de manera tan concreta, controla a las masas y altera los regímenes de verdad dentro de lo que se dice y lo que no.
He allí el nudo que, a mi parecer, logra unir los distintos temas que se tocan en este diálogo y que fue de gran aportación para el mundo de la teoría literaria occidental (cosa que fallaron en enseñarme al momento de toparme con el Fedro en mi formación académica). Platón establece de esta forma una manera de comprender el lenguaje como manipulación y que es, precisamente, lo que se realiza al momento de concretizarse una obra literaria: ya sea con fines estéticos, políticos o didácticos, el producto literario es de alguna forma u otra lenguaje manipulado. En tanto lenguaje manipulado, debe de ser cuestionado y analizado en las formas que transmite la información, pues de lo contrario puede guiar nuestras mentes a lugares que no deseamos que sean guiadas. Las distintas formas de organización del lenguaje nos afectan, pudiendo la poesía o el ejercicio escritural incitarnos al amor o la locura (que no son tan distintos entre sí) gracias al poder retórico y artificioso que poseen.