...
Show More
"Y esta, consideré, sería la menor de mis desgracias, puesto que siendo los humanos, tal como se ha comprobado, más salvajes y crueles cuando mayor es su tamaño. ¿qué podía esperar yo que no fuera el convertirme en un simple bocado en las fauces del primero de aquellos gigantes que me atrapara?"
“Los viajes de Gulliver” es del tipo de libros que podrían agruparse con otros relatos de viajes para ser leídos en cadena, puesto que las experiencias que se narran en ellos en general son afines entre sí.
Por la naturaleza de lo que sucede en él, se pueden establecer relaciones entre éste libro y “Robinson Crusoe”, de Daniel Defoe, a partir de las experiencias de Lemuel Gulliver como náufrago en varias ocasiones, o “La isla del tesoro” de Robert Louis Stevenson e incluso por el tipo de personajes con los que Gulliver se encuentra con el libro “Alicia en el país de las maravillas” de Lewis Carroll y por qué no con aquellas novelas sobre los avances científicos escritas por Julio Verne ("Veinte mil leguas de viaje submarino"), más precisamente cuando describe la isla flotante de Laputa y también de ciertos acercamientos a aquellos libros que pertenecen a la ciencia ficción -se me ocurre "Crónicas Marcianas" de Ray Bradbury- dado que por momentos lo que Gulliver narra en cada uno de sus cuatro viajes se asemeja a visitar otro planeta, particularmente en el tercer y cuarto viaje.
Este libro es para muchos un claro ejemplo de ese género literario denominado Sátira: "Discurso o composición literaria en prosa o verso en que se critican agudamente las costumbres o vicios de alguien con intención moralizadora, lúdica o meramente burlesca.".
También podría atribuírsele el mote de novela política satírica, puesto que lo que Swift expone en él es un racconto de las distintas sociedades modernas adaptadas a extraños países, razas y seres dejando bien en claro que todos aquellos reinos que visita contienen defectos excepto el del país de los houyhnhnms, a los que declara como una raza impecable tanto por sus valores como sus virtudes y ninguna imperfección.
De todos modos, Swift siempre se las ingenia para dejar muy bien parado a su país, Inglaterra, al cual posiciona como el emblema de Europa y prácticamente como la mejor nación del mundo.
Puede entenderse esa obsesión en el autor de dejar bien en claro la supremacía británica sobre Francia, país enemistado con Inglaterra durante el siglo XVIII.
Un rasgo interesante del libro es el de la dificultad al leer los nombres propios, de países y vocabulario inventado por Swift, algo que demuestra su lúcida inteligencia.
Cito un ejemplo: en Lilliput lo llaman Quihnbus Flestrin, que significa Hombre-Montaña, mientras que en Broddingnag, su nombre es Grildrig y la niña que lo cuida se llama Glumdalclitch.
Otro detalle acerca de la lectura de este libro es que me costó mucho dimensionar las diferencias de tamaños tanto en su estadía en Lilliput como en Brobdingnag, ya que tanto el autor como los traductores utilizan el sistema de medidas que incluyen pulgadas, yardas, pies y millas. Para un lector acostumbrado al sistema métrico que utiliza milímetros, metros y kilómetros, aunque parezca un detalle tonto, el sistema del autor no ofrece una orientación clara.
Un dato pintoresco es que las diferencias de tamaños están marcadamente diferenciadas, a punto tal que cuando uno se acostumbró al tamaño gigante de Gulliver en Lilliput, le cuesta imaginarse el tamaño opuesto cuando pone un pie en el reino de Brobdingnag en donde esos tamaños se invierten durante su segundo viaje. Allí, Gulliver es un minúsculo ser humano.
Durante su tercer viaje cuando conoce losa los dominios de Laputa, Balnibarbi, Glubbdubdi y Luggnagg el lector descubre que los tamaños son iguales pero que esa raza de laputienses son prácticamente como las de verdaderos extraterrestres, "con un ojo vuelo y otro apuntando al cénit", como indica Gulliver.
Viven en un ambiente que se caracteriza por la geometría, las matemáticas y la música. Fue para mí el viaje más desconcertante, pero a su vez, debo reconocer el talento y la increíble imaginación de Jonathan Swift para crear semejantes personajes. Tengamos en cuenta que este libro fue publicado en 1726, ¡139 años antes de "Alicia en el país de las maravillas!, libro en el que Carroll despliega también una maravillosa imaginería de personajes increíbles.
Durante el cuarto viaje, en las tierra de los houyhnhnms, que son una raza de caballos con inteligencia que dominan a otros seres inferiores, en estado bruto llamados yahoos, que son muy inferiores pero a la vez muy parecidos a los humanos, algo me remite a la película "El planeta de los simios" en donde los seres humanos son esclavizados por una raza de monos dotados de una inteligencia avanzada.
En definidas cuentas, "Los viajes de Gulliver" es un libro entretenido, un tanto tedioso en algunas partes, sobre todo en aquellas donde vuelve a explicar cómo es Inglaterra a cada raza que visita; que tiene un costado verdaderamente de publicidad política y ensalzamiento de Inglaterra en detrimento de otras naciones y también expone, aunque sin denunciar, el tema de la esclavitud.
Es difícil que se sientan ofendidos por este tema, dado que es mundialmente conocido el pasado pirata y de trata de esclavos de los ingleses, aunque en el caso de su libro, Swift se saca el peso de encima echándole la culpa a los portugueses, los holandeses y los españoles.
Nuevamente destaco el poder de la imaginación de Jonathan Swift, un adelantado a su época, puesto que escribió un su libro que aún hoy tiene la vigencia intacta de los más afamados clásicos que nunca pasan de moda.
“Los viajes de Gulliver” es del tipo de libros que podrían agruparse con otros relatos de viajes para ser leídos en cadena, puesto que las experiencias que se narran en ellos en general son afines entre sí.
Por la naturaleza de lo que sucede en él, se pueden establecer relaciones entre éste libro y “Robinson Crusoe”, de Daniel Defoe, a partir de las experiencias de Lemuel Gulliver como náufrago en varias ocasiones, o “La isla del tesoro” de Robert Louis Stevenson e incluso por el tipo de personajes con los que Gulliver se encuentra con el libro “Alicia en el país de las maravillas” de Lewis Carroll y por qué no con aquellas novelas sobre los avances científicos escritas por Julio Verne ("Veinte mil leguas de viaje submarino"), más precisamente cuando describe la isla flotante de Laputa y también de ciertos acercamientos a aquellos libros que pertenecen a la ciencia ficción -se me ocurre "Crónicas Marcianas" de Ray Bradbury- dado que por momentos lo que Gulliver narra en cada uno de sus cuatro viajes se asemeja a visitar otro planeta, particularmente en el tercer y cuarto viaje.
Este libro es para muchos un claro ejemplo de ese género literario denominado Sátira: "Discurso o composición literaria en prosa o verso en que se critican agudamente las costumbres o vicios de alguien con intención moralizadora, lúdica o meramente burlesca.".
También podría atribuírsele el mote de novela política satírica, puesto que lo que Swift expone en él es un racconto de las distintas sociedades modernas adaptadas a extraños países, razas y seres dejando bien en claro que todos aquellos reinos que visita contienen defectos excepto el del país de los houyhnhnms, a los que declara como una raza impecable tanto por sus valores como sus virtudes y ninguna imperfección.
De todos modos, Swift siempre se las ingenia para dejar muy bien parado a su país, Inglaterra, al cual posiciona como el emblema de Europa y prácticamente como la mejor nación del mundo.
Puede entenderse esa obsesión en el autor de dejar bien en claro la supremacía británica sobre Francia, país enemistado con Inglaterra durante el siglo XVIII.
Un rasgo interesante del libro es el de la dificultad al leer los nombres propios, de países y vocabulario inventado por Swift, algo que demuestra su lúcida inteligencia.
Cito un ejemplo: en Lilliput lo llaman Quihnbus Flestrin, que significa Hombre-Montaña, mientras que en Broddingnag, su nombre es Grildrig y la niña que lo cuida se llama Glumdalclitch.
Otro detalle acerca de la lectura de este libro es que me costó mucho dimensionar las diferencias de tamaños tanto en su estadía en Lilliput como en Brobdingnag, ya que tanto el autor como los traductores utilizan el sistema de medidas que incluyen pulgadas, yardas, pies y millas. Para un lector acostumbrado al sistema métrico que utiliza milímetros, metros y kilómetros, aunque parezca un detalle tonto, el sistema del autor no ofrece una orientación clara.
Un dato pintoresco es que las diferencias de tamaños están marcadamente diferenciadas, a punto tal que cuando uno se acostumbró al tamaño gigante de Gulliver en Lilliput, le cuesta imaginarse el tamaño opuesto cuando pone un pie en el reino de Brobdingnag en donde esos tamaños se invierten durante su segundo viaje. Allí, Gulliver es un minúsculo ser humano.
Durante su tercer viaje cuando conoce losa los dominios de Laputa, Balnibarbi, Glubbdubdi y Luggnagg el lector descubre que los tamaños son iguales pero que esa raza de laputienses son prácticamente como las de verdaderos extraterrestres, "con un ojo vuelo y otro apuntando al cénit", como indica Gulliver.
Viven en un ambiente que se caracteriza por la geometría, las matemáticas y la música. Fue para mí el viaje más desconcertante, pero a su vez, debo reconocer el talento y la increíble imaginación de Jonathan Swift para crear semejantes personajes. Tengamos en cuenta que este libro fue publicado en 1726, ¡139 años antes de "Alicia en el país de las maravillas!, libro en el que Carroll despliega también una maravillosa imaginería de personajes increíbles.
Durante el cuarto viaje, en las tierra de los houyhnhnms, que son una raza de caballos con inteligencia que dominan a otros seres inferiores, en estado bruto llamados yahoos, que son muy inferiores pero a la vez muy parecidos a los humanos, algo me remite a la película "El planeta de los simios" en donde los seres humanos son esclavizados por una raza de monos dotados de una inteligencia avanzada.
En definidas cuentas, "Los viajes de Gulliver" es un libro entretenido, un tanto tedioso en algunas partes, sobre todo en aquellas donde vuelve a explicar cómo es Inglaterra a cada raza que visita; que tiene un costado verdaderamente de publicidad política y ensalzamiento de Inglaterra en detrimento de otras naciones y también expone, aunque sin denunciar, el tema de la esclavitud.
Es difícil que se sientan ofendidos por este tema, dado que es mundialmente conocido el pasado pirata y de trata de esclavos de los ingleses, aunque en el caso de su libro, Swift se saca el peso de encima echándole la culpa a los portugueses, los holandeses y los españoles.
Nuevamente destaco el poder de la imaginación de Jonathan Swift, un adelantado a su época, puesto que escribió un su libro que aún hoy tiene la vigencia intacta de los más afamados clásicos que nunca pasan de moda.