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El arte, cuando es verdaderamente grande, nos permite asomarnos a las emociones y pensamientos de hombres y mujeres de otros lugares y tiempos y hacer que los sintamos como propios, familiares, próximos. Siempre digo que para comprender la psicología prevaleciente en la República de Weimar lo mejor es ver el cine expresionista alemán, por ejemplo. De la misma forma, esta notable novela constituye una ventana a la mentalidad de los hombres y mujeres que, contra toda esperanza y siendo conscientes del fracaso de sus ideales , en un mundo que parecía derrumbarse bajo la amenaza del fascismo y la guerra, en una situación en la que resultaba imposible confiar incluso en el propio bando y en el que la sospecha es la norma, sin embargo decidieron permanecer firmes en su compromiso por la libertad. Porque no conocían otra forma de vida ni podían renegar de esa ética.
No es una novela perfecta, está muy lejos de serlo. Es áspera, oscura, desesperada por momentos. Da quizá más vueltas de las aconsejables y es muy posible que le sobren páginas. Pero es tan humana, tan honda, tan necesaria en estos tiempos que, ay, parecen querer imitar a aquellos, que uno no puede más que recomendarla con entusiasmo.
No es una novela perfecta, está muy lejos de serlo. Es áspera, oscura, desesperada por momentos. Da quizá más vueltas de las aconsejables y es muy posible que le sobren páginas. Pero es tan humana, tan honda, tan necesaria en estos tiempos que, ay, parecen querer imitar a aquellos, que uno no puede más que recomendarla con entusiasmo.