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Relectura febrero 2016*
Tengo que ser sincera y decir que este libro es mi favorito más por la forma en la que está escrito que por la historia en sí. Henry Perowne, el protagonista, es un hombre un poco exasperante. Su vida es casi perfecta. Hay un par de excepciones que "contaminan" esa burbuja de cristal en la que está metido, y esas son las cosas que generan acciones en este libro. A pesar de eso y de las descripciones de las cirugías que él realiza (demasiado detallistas e innecesarias, para mi gusto), creo que lo más interesante del libro son los temas políticos que se tocan y las discusiones sobre literatura.
(*) En la relectura salí un poco más desilusionada. Buena narración, buen punto de vista de hombre de clase media que tiene todo lo que puede pedir (un auto, incluso), pero con una conformidad sobre el final que asusta. Ahora sé que no es envidia lo que me aleja del protagonista, si no su insensibilidad. La escena más tensa que se da en la última parte me pareció atroz, no sólo porque la familia no la analiza y ninguno pega el grito en el cielo en su momento, sino también por la naturalidad con que lo toman ¿Nadie piensa en su humillación? No sé distinguir entre la poca importancia que pudo haberle dado el autor y la construcción adrede de esa situación. Quiero imaginar que es lo segundo.
Tengo que ser sincera y decir que este libro es mi favorito más por la forma en la que está escrito que por la historia en sí. Henry Perowne, el protagonista, es un hombre un poco exasperante. Su vida es casi perfecta. Hay un par de excepciones que "contaminan" esa burbuja de cristal en la que está metido, y esas son las cosas que generan acciones en este libro. A pesar de eso y de las descripciones de las cirugías que él realiza (demasiado detallistas e innecesarias, para mi gusto), creo que lo más interesante del libro son los temas políticos que se tocan y las discusiones sobre literatura.
(*) En la relectura salí un poco más desilusionada. Buena narración, buen punto de vista de hombre de clase media que tiene todo lo que puede pedir (un auto, incluso), pero con una conformidad sobre el final que asusta. Ahora sé que no es envidia lo que me aleja del protagonista, si no su insensibilidad. La escena más tensa que se da en la última parte me pareció atroz, no sólo porque la familia no la analiza y ninguno pega el grito en el cielo en su momento, sino también por la naturalidad con que lo toman ¿Nadie piensa en su humillación? No sé distinguir entre la poca importancia que pudo haberle dado el autor y la construcción adrede de esa situación. Quiero imaginar que es lo segundo.