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Leer Dune está siendo todo un viaje. Al principio, me saturé un poco. Había leído cuatro libros de la saga demasiado rápido y perdí el interés y me dediqué a otras lecturas o a currar (este libro no es para leer en Navidades mientras estás trabajando). Tomando un poco el testigo de las tramas palaciegas y políticas de El Mesías de Dune, Herbert nos propone algo que no esperábamos y que a mí personalmente me hace querer leer su sexto libro, que evidentemente ya tengo comprado en casa. Cansada ya de leer sobre el puto Leto II, es agradable seguir viendo al mamarracho de Duncan Idaho perdidisimo como ghola y persona. Nada, en unas semanas me leo el sexto y cierro una etapa, pero no os preocupéis, que tengo los que ha escrito su hijo ya en la pila de lectura y planeo leerme absolutamente todo lo que existe de este universo arenoso.