Richard: ¿Me tiene confianza? ¿Siente que me conoce?
Beatrice: (de nuevo con timidez) Es difícil conocer a alguien aparte de uno mismo.
“Los grandes escritores siempre escriben su obra de teatro” me dijo un amigo que además de escritor, también ha publicado las suyas. Esto es verdad, pues se pueden enumerar numerosos casos de autores que, aunque eran novelistas o cuentistas, escribieron obras de teatro. Y James Joyce no fue la excepción. Esta pieza está influenciada, aunque lejanamente, por uno de los mejores dramaturgos de fines del siglo XIX, Henrik Ibsen.
“Exiliados” posee los condimentos propios de Joyce, con un pequeño giro a la complejidad de las relaciones humanas entrelazadas en un triángulo amoroso y equilátero entre los personajes principales: Richard, Robert y Bertha. Beatrice, la pareja de Robert, queda un tanto relegada, pues no termina de darse cuenta en qué enredos cayeron los otros personajes. Toda la trama gira alrededor del adulterio, el deseo carnal y la traición. Robert quiere poseer a Bertha, la esposa de Richard, ambos recién llegados a Dublín con su hijo Archie. Bertha accede, y Richard sabe de este juego y, lo que es más evidente, lo acepta. Todos logran “jugar” con la persona que más buscan, y de ahí surgen las complicaciones del drama.
La calidad argumental de Joyce para mantener a todos los personajes en una misma hebra es impecable. Richard, atento a la posibilidad de que Bertha sucumba ante la persuasión de Robert, lo reflexiona a modo de enseñanza hacia su hijo: “¿Tú entiendes lo que es dar una cosa? Mientras tengas una cosa, pueden quitártela. Pero una vez que la has dado, la has dado. Ningún ladrón puede quitártela. Es tuya para siempre una vez que la has dado. Eso es dar.” Hasta este punto puede llegar Richard ante la inminente posibilidad de que Robert acceda a una noche con su esposa. Si Robert lo logra, no podemos saberlo hasta el tercer acto, en el cual se genera un interesante contrapunto entre los personajes.
Adulterio, traición, aceptación, sometimiento y duda son los ejes centrales de esta obra de teatro diseñada a la perfección por James Joyce. Una vez le preguntaron a Joyce cuál era la potencia máxima para mantener a la gente unida, si la fe total o la duda. Y Joyce respondió: “No, la duda es la cosa. La vida está suspendida en la duda como el mundo en el vacío. Puede encontrar eso tratado en cierto sentido en Exiliados.” Indudablemente, esa es la esencia principal que regula esta amena obra de teatro.
Albert Camus is a renowned figure in the literary world, being both a great novelist and a talented playwright. His works have had a profound impact on generations of readers and thinkers. However, like many other great artists, Camus also had his own set of problems.
Camus grappled with the complex issues of human existence, such as the meaning of life, the nature of evil, and the search for freedom. His exploration of these themes was not always easy, and he often found himself facing difficult questions and moral dilemmas.
Despite these challenges, Camus continued to create works that were both thought-provoking and deeply moving. His novels, such as "The Stranger" and "The Plague," and his plays, such as "Caligula" and "The Misunderstanding," are considered classics of modern literature. Through his writing, Camus was able to offer unique insights into the human condition and inspire others to think more deeply about their own lives.
A tradição joyciana de projeção do autor em um mundo irônico ainda é perceptível aqui. However, it is not on the same scale as in his other works. Constrained by the logistics of the theater, this small adventure of Joyce suffers from crises of identity. It struggles to find its true self within the limitations imposed by the theatrical setting.
As a result, it gets lost in the forests of the melodramatic costume comedy. The narrative threads seem sterilized, lacking the depth and complexity that are characteristic of Joyce's writing. Despite these shortcomings, there are still glimpses of the author's unique vision and talent.
Perhaps with further exploration and refinement, this work could have achieved greater heights. But as it stands, it remains a somewhat flawed but still interesting addition to Joyce's body of work.