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98 reviews
April 26,2025
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Probably a good book for "nice white ladies" and middle aged housewives who think they are progressive liberals, but don't want to think too much about any particular issue.

Lots of passive racism and fatphobia. Overall the book is dripping with unexamined privilege worthy of the hashtag #SolidarityIsForWhiteWomen

However: It was nice to have a normalized representation of lesbians.
April 26,2025
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La verdad es que después de ver la adaptación cinematográfica de Tomates verdes fritos sentí que no merecía demasiado la pena leer el libro, aunque ciertamente me generaba curiosidad la forma en la que estaban narrados los hechos por Fannie Flagg en la novela. Hay ciertas escenas de la película que bajo la mirada de otros directores habrían sido terriblemente dramáticas. Siempre sentí que esa manera de narrar visualmente la historia se debía a la gran compenetración entre el director y la autora del libro, pues sentí que John Avet quiso respetar el tono en el que estaba escrita la novela. Por otro lado, diversas personas, como Ana, Gema (les dejo la pequeña reseña que hizo en instagram), Mitticus (les dejo la reseña de ella en esta plataforma, pero contiene spoilers) habían dedicado muy buenas palabras sobre el libro, y no me era indiferente que podía tratarse de una gran lectura. Y, la verdad, me apetecía una novela así.

Es inevitable sentir que The Help o Criadas y señoras tiene ciertos paralelismos con esta novela, pues ambas historias tienen como nexo el tema de la cuestión racial (aunque no es el único tema de Tomates Verdes Fritos). A mí Criadas y señoras fue una historia que me encantó, tanto el libro como la película, pero ciertas personas que tienen una tendencia absurda a sobreinterpretar los actos de los demás decían que Katheryn Stockett había tratado de mostrar en su libro en el que su protagonista blanca de clase alta con deseos de empujar su carrera se autocondecoraba “salvadora de los negros del sur” por recoger los testimonios de un grupo de mujeres negras y publicarlo. A veces leyendo este libro me venía este horrible pensamiento a la cabeza. Lo cierto es que Fannie muestra en su historia las vidas de muchos negros y habla sin tapujos de temas que yo no he leído nunca en la literatura, como por ejemplo que los negros entre ellos también eran racistas a causa de una cuestión elitista que la mayoría de veces tenía que ver con la cantidad de billetes que tenían unos y otros en el banco. Muchos negros en los años sesenta se hacían “los blancos” y rechazaban a otras personas negras como lo haría cualquier blanco racista en esa época. Eso me parece una verdad incómoda, y a muchas personas siento que les provoca vergüenza que se lo recuerden. Por eso es posible que lleguen a apelar a un sentimentalismo barato y un reduccionismo absurdo como el que utilizan para desacreditar una magnífica narración como es Criadas y señoras. A los más radicales les digo que no lean este libro, pues, ¿cómo van a dar crédito a lo que escriba una blanca de clase media sobre los negros? A las personas normales las invito a quedarse un poco más.

Para mí Tomates Verdes Fritos es una narración perfecta porque habla de tantos temas tan peliagudos que no sé cómo Fannie Flagg ha salido ilesa de esta batalla. Sexualidad femenina, androginia, religión, racismo, minusvalías físicas y mentales, suicidio, los okupas, machismo, ardillas…Y lo hace con tanta cercanía y alegría que no puedes ni quieres evitar conectar con todo lo que te cuenta. Porque no es la historia de la señora Flagg, sino la de Fannie, una gran amiga.

En cuanto a los dos primeros temas, la verdad, tengo que agradecerle una cosa a la autora: que religión y feminidad convivan en su narración en paz. Hay una tendencia en la época presente a decir que la creencia en Dios es un impedimento para un verdadero despertar sexual, tanto físico como espiritual. Y no hablo de sexo, sino de autoconocimiento de nuestro cuerpo carnal y espiritual. Bueno, pues no es así. No es así como yo lo he sentido. Al menos en la presente época, el cristianismo se ha vuelto una religión tan heterogénea que cada individuo tiene ideas propias e interpreta la Biblia de maneras totalmente contrapuestas. Y eso es hermoso. Para mí la religión supuso un antes y un después en mi vida. Yo no era religiosa y cuando tomé la comunión ni siquiera creía en Dios. Luego leí Hacedor de Estrellas y me volví agnóstica. Y, luego, tras leer Crimen y castigo, empecé a creer en el Dios cristiano. Y desde entonces ha sido enorme mi autoconocimiento. He aprendido hasta a amar hasta el sexo, algo que antes me parecía una acción fría, carente de poesía, con el objetivo de engendrar hijos y poco más; así es como ven el asunto los materialistas.

No voy a intentar convenceros de nada pues esto es solo mi opinión, pero gracias a Flagg puedo ilustrar la importancia de la religión en muchas personas. Hay una escena donde las dos protagonistas de una de las líneas de tiempo, la de los ochenta, acuden a la Iglesia Baptista de Martin Luther King y una de ellas encuentra la paz en las canciones y la misa del párroco tras un proceso emocional tremendamente intempestivo en su vida. Es un momento donde Evelyn deja que el odio hacia determinadas situaciones y personas de paso a la paz y el perdón. Me pareció una escena brillante por cómo está escrita y por todo lo que transmite. Y, además, me pareció muy inspiradora. Soy una persona que por su personalidad tiene tendencia a guardar resentimiento, y eso acaba envenenándome, provocando de forma prácticamente continuada mi propia autodestrucción. Gracias a Dios he conseguido poder hacer estos periodos cada vez más pequeños, y cada día mejoro un poco más, aunque a veces algo de resentimiento hacia ciertas personas que creí olvidadas aflora sin ninguna razón. Pero cada día guardo menos odio hacia la gente y hacia mí misma, y me doy cuenta de lo mucho que eso afecta en mi entorno directo.

Dejando este punto por zanjado y poniéndome con el resto, gracias a Ninny, la coprotagonista junto con Evelyn de la línea de tiempo de los años ochenta, conocemos una historia muy especial que tiene lugar en la juventud de Ninny, en los años treinta. Asistimos a la historia de Ruth e Idgie, entre otros conciudadanos de la pequeña localidad de Alabama. Ruth y Idgie son las dos propietarias del café de Whistle Stop, el corazón de la ciudad. Y es que éstas fueron mis partes favoritas de la historia porque tanto el personaje de Idgie como el de Ruth tienen muchísima fuerza narrativa y la autora les brindó mucha personalidad a ambas. Entre las dos se establece una relación amorosa muy bonita. Y me gustó mucho que Flagg hiciera ver que esta surge al principio como algo que se presume pasajero, pero que con los años se torna un sentimiento mucho más serio por parte de ambas. Muestra su amor como muy maduro y realista, tanto como podría ser en una relación heterosexual. Y digo esto porque creo que otro tipo de autor se habría dejado llevar por cierto idealismo al creer que las relaciones homosexuales son distintas en sentimientos. Pero Flagg no lo hace, y es un punto que la agradezco enormemente.

La calidez que transmite Fannie Flagg a través de los personajes, con sus defectos y virtudes, se hace sentir de forma ininterrumpida. Por ejemplo, hay varios personajes de Whistle Stop que pertenecen al Ku Klux Klan, pero en vez de deshumanizarlos Flagg les dota de una personalidad, una vida. Y al final de la narración los quieres tanto como a los demás o, al menos, un poco más que cuando la autora te dio la bofetada de rechazo con ellos. Por supuesto, Flagg no justifica la asociación de estos personajes a la secta en ningún momento. Pero durante toda la narración vemos que los tres son personas reales, complejas, que a pesar de ese aspecto de su vida son buenas con los negros (no de manera paternalista), llegando a protegerlos en muchas ocasiones y viéndolos como iguales. La verdad es que creo que en esta época había en el sur mucha presión por mostrar de cara a la galería ciertos comportamientos y actitudes que, de nuevo, no voy a justificarlos, pero es algo que está ahí y que se ha de tener en cuenta. Y la verdad es que deberíamos dejar de ver estas cosas de manera tan emocional. Son hechos que pertenecen a la historia, no al presente. Y la historia se debería enfocar desde un punto de vista materialista, como hace Gustavo Bueno, porque para el apartado emocional ya tenemos las religiones y, por desgracia, las ideologías políticas. En cierta manera la pertenencia de estos personajes al Ku Klux Klan me recuerda a muchas opiniones radicales del presente que muchas personas afirman tener, pero que solo las llevan a la acción otro tipo de personas, las que se lucran indirectamente de su desvergüenza. Volviendo al punto principal, y en pocas palabras, Tomates verdes fritos es una de las novelas donde más trabajados he visto los personajes secundarios.

Otros temas como el suicidio, el movimiento okupa o las minusvalías físicas y mentales aparecen de una manera más secundaria, pero tratados de manera igualmente brillante. El primero, a través de Evelyn; el segundo a través de Smokey, un jornalero de las chicas del café; y el tercero a través del hijito de Ruth y el hijo de Ninny, Albert. ¡Alguno me dejo en el tintero, seguro!

En resumen, ha sido una gran lectura. Tomates Verdes Fritos es un libro escrito con muchísima madurez, donde se nota que estamos frente a una autora que tenía una gran necesidad no solo de contar la historia oculta de los años treinta, sino también la de su propio presente. Un canto a la eterna juventud de pensamiento, al optimismo y a la buena comida.
April 26,2025
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I saw the movie in my teens, once but it had stayed with me ever since. I've wanted to read the book since I've learned there was one that the movie was based on and I was so happy when I'm found it browsing my library. I was having a really bad day and it felt like a true bliss to find it after been thinking about it for a while. Fannie Flagg's writing truly made the plot and characters come a life and it was an emersive and very entertaining and somewhat charming read even with the serious bit mixed in. Might want to read more by her later but doubt I would be so emersed in the book. I think it added a lot that I got so much memories from the movie and haven't been able to stop thinking of it even if it was about 10 years since I saw it
April 26,2025
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Este es y será siempre uno de mis libros favoritos, en el que podemos encontrar amistad, lealtad, amor entre mujeres y heterosexuales, racismo, religión, aprendizaje, etc
April 26,2025
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A nice story about nice people being nice to each other and doing nice things. If I lived here I'd be a nice person.
April 26,2025
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Che bel libro! Bello bello bello, storie divertenti, alcune tristi...ma sempre positivo. Avevo bisogno di una lettura così! Stra consigliato!
April 26,2025
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My only memories of this story come from watching the movie in the early 90’s starring Jessica Tandy, Kathy Bates and Cecily Tyson. It was a heartwarming movie with a little southern flair and charm. So when I decided to pick up the book and relive the lives of these characters, I knew that I was in for a treat.

Fannie Flagg has written a southern classic novel full of friendship, love, laughs and good southern food - barbecue, lemon icebox pie, fried chicken, red-eye gravy, black-eyed peas, grits, lima beans and of course fried green tomatoes. There is a warm feeling you get when you walk into the Rose Terrace Nursing Home with Evelyn Couch, a middle-aged housewife, who meets 86 year old Mrs. Ninny Threadgoode. These ladies become fast friends as Mrs. Threadgoode talks and talks and talks her way through her past (starting way back in the late 1920’s) when she lived at Whistle Stop, Alabama.

“I may be sitting here at the Rose Terrace Nursing Home, but in my mind I’m over at the Whistle Stop Café having a plate of fried green tomatoes.”

The town was a thriving stop for the train from north to south. Mrs. Threadgoode tells all the juicy stories about the residents of the town, revealing some small town secrets along the way. Evelyn is consumed by the tales of the towns people feeling as though she knows each one personally. She is dealing with her own demons which are so relatable it’s scary. What woman doesn’t ever get the feeling that she’s not up to par? The day Evelyn walked into that nursing home, she didn’t realize she was going to be getting the kind of therapy you can’t buy anywhere!

This story will get at your heartstrings but at the same time it will raise your eyebrows because of the issues happening in the south. The racial prejudice’s are not sugar coated here as well as some domestic violence. This story will drop you into a time and a place that most likely is unfamiliar but it will show you how one once thriving town through the decades becomes a shell and a remnant of the past glory days. The Whistle Stop Cafe is no longer there and the memories of Idgie and Ruth who ran the cafe and Big George and Sipsey, the negroes who cooked the fabulous food are only alive in the stories that are told.

I loved the way this book was set up with it’s Weem’s Weekly newspaper clippings that gave us a look at small town southern life written by a woman who “reported” on the local folks. You also get Mrs. Threadgoode’s account as well as first hand accounts of all the stories. It jumps around in time and place and you get to meet such a rich and colorful mix of southern people. If anything, pick this up for the humor and the fun but expect some heart-break along the way and a few life lessons that will probably make you smile!
April 26,2025
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This book is about many things. Mostly, it is a nostalgic painting of life in the South of the US in and around the Great Depression, - but it is also about equality, women, aging, friendship... homicide... religion, charity, and many other things. As such, it tells a lot of different stories, - and as I tend to prefer fine brushes on little bits of ivory, I did not love this book as much as I had expected to love a book with a dish in its name. But I liked it a lot, because, though it has some heart-rending moments, it is warm, kind, and funny.

I enjoyed its polyphony: some parts of the story are told by a narrator, some, by the omniscient author, and there are also bits of newspaper articles. And there are recipes at the end of the book, and they do work!

I do not normally do this, but for this novel, I was keeping a list of characters. It was inflated by the time I was finishing the book and hugely helpful, so I highly recommend this. (It was also hugely helpful for my husband who was reading along with me but did not keep his own notes).

And the film is not bad at all, but of course, the book is better :)
April 26,2025
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This one maked and breaked my heart a hundred times.

Possibly perfect.
April 26,2025
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Я неодноразово бачила, як цю книгу рекомендують усім, хто хоче прочитати добру, милу історію, після якої зʼявляється бажання жити. Але зі мною «магія» не спрацювала. Я постійно чекала, що от-от почнеться щось миле, приємне, життєствердне, але чим далі продиралася крізь текст - тим сильніше нудьгувала і розчаровувалася.

Расизм, фетфобія, вбивства, зґвалтування, травмовані та хворі діти, депресія, війна, пияцтво, рак, сексизм, бідність - у цій книзі є все, і від того стає моторошно й сумно. Що з цього списку має викликати добрі, милі та приємні емоції? Загадка.

Особливо мені було неприємно читати расистські зауваження про темношкірих, про те, що вони начебто краще за білих вміють веселитися, співати й готувати, що в них різні відтінки шкіри навіть в одній родині і що один хлопчик був таким чорним, що мав аж сині ясна - бр-р-р, і це розповідає героїня у 86-му році, а інша з нею погоджується! Я ледве не кинула книгу на цих огидних моментах.

Зате окремий плюсик авторці за головну пару. Я прониклася історією Рут та Іджі, а також їхнього сина. От це було справді добре) Але більшість міні-історій здалися мені нудними та нецікавими. У книзі купа героїв, на яких мені було байдуже, бо вони зʼявлялися і майже одразу зникали.

2,75 з 5. Не моє
April 26,2025
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This was a heartwarming book with loads of charm and character.

An older Ninny recounts the goings on of those who worked at and frequented the Whistle Stop Cafe to a disenchanted middle-aged Evelyn. While the stories are being relayed by Ninny in the 1980s, the events she narrates relate to the 1930s, so the book jumps back and forth between the two narratives. The events narrated by Ninny are episodic, so the Whistle Stop part almost reads like a short story sequence interspersed with Dot’s newspaper reports. I did find this structure a little disruptive and I found myself putting the book down every time the story shifted. I ended up taking a long time to read it, but I also feel like I got to savour it.

Fannie Flagg makes her characters seem so real I feel like I could drop in and visit Idgie, Sipsey, Ruth, Stump, Dot Weems and Big George. Although I won’t be partaking of Big George’s BBQ any time soon. And I love that Sipsey’s recipes are included at the back of the book. But it’s the friendships in this book that make it so wonderful.
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