Erickson is the Dion Waiters of literature, where he's so hit-or-miss, from game to game, paragraph to paragraph, I really don't know what to think. Lots of cool shit in his books, but also moments where it doesn't even feel like the same writer. I also love Dion Waiters. Flaws for life.

I come to DAYS BETWEEN STATIONS, Steve Erickson's debut novel, hot on the heels of having read SHADOWBAHN, his most recent (and rumored to be last). Though thirty-two years separate the publication of the two books and though they are formally quite distinct from one another, one can find in DAYS BETWEEN STATIONS a fully developed sensibility that would remain evidenced in Erickson's later fictions. While the two later Ericksons I have read present themselves as a kind of staccato series of propulsive fragments, DAYS BETWEEN STATIONS is comprised of much longer sections characterized by efficient, smooth, dreamy prose. While the two approaches are superficially very different, w/ both approaches Erickson managed to create an uncommon amount of forward momentum. The invocation of dream points to a commonality w/ the imperatives of traditional surrealism (which do certainly inform Erickson's writing to one extent or another), but also speaks to what one might call the somnambulant nature of his characters and their trajectories. Destiny operates in Erickson at the level both of the macro and the micro. In the broadest sense his novels are about history itself as a kind of intractable process of collapse informed by increasing entropy and planetary (physical, spiritual) blight. Likewise, his characters are uniformly passengers along terminal vectors, half-asleep and unable to substantively alter their inevitable course, though often delivered unto powerful (often cosmic) revelations. The novel's title unavoidably speaks to this. DAYS BETWEEN STATIONS is liberally garlanded w/ mystical aberrations, and an affinity I have sensed in his later work for Gabriel García Márquez is even more pronounced here. Erickson writes a kind of magical realism w/ a tinge of the psychedelic. The novel's structure is uncommonly sophisticated for a debut, connecting various characters and storylines that traverse much of the twentieth century in a calculated but fluid manner. One must marvel at the level of control on display here, while at the same time noting a kind of pervading sense of innocent awe in the face of malevolent forces perhaps too huge to adequately comprehend. Erickson would seem to counterpoint dire prognostications for civilization (and earth itself) w/ a genuine investment in the possibility of localized individual transcendence (of the kind perhaps best typified by great art itself).

Like his other novels, this progresses with some kind of dream logic. This is not Magic Realism, it is Magic Surrealism. Just sit there with your jaw dropping while you go from Point A to Point B, without totally knowing, how you got there. You will not totally care how you got there, beucase you enjoyed the wild ride. Strange but wonderful voyages.

Este libro provocó lo que pocos libros me provocan: que sienta pena por sus personajes, construída desde el apego. Hay mucho de inevitable, mucho de destino que se encuentra sin querer, y ese destino implica una vida sórdida vivida al extremo con remansos de pasión incontrolable y una duda por quién es quién. Eso le pasa a un par de personajes y nos pasa a nosotros como lectores, que nos perdemos en historias que develan el rostro tarde (en un giro muy bien llevado, como en el cuento "María la rubia", de Dalmiro Sáenz) para provocarnos casi una alegría en la sorpresa de reconocer al personaje perdido.

El manejo de los tiempos está buenísimo, y el relato queda pegoteado en un ambiente medio onírico. Es como uno de esos sueños en los que uno trata de alcanzar la puerta y la puerta se aleja, donde estás en tu casa pero en realidad no es tu casa, y donde reconocemos a nuestros amigos y amores sin que las caras que vemos coincidan con las que recordamos. Librazo.

hypnagogic, apocalyptic, priapic

I read this in a day at work, not sure where it came from Or what it was on my Kindle (which is fine as I had no idea what I wanted to read). What a trip, although I felt absolutely depressed by the end of it. Wonderfully written

Extremadamente rara, Días entre estaciones, comienza siendo enigmática ya desde el título, el cual no terminas de comprender del todo, ya que no parece tener relación alguna con la historia. Uno de sus puntos fuertes es la facilidad con la que te atrapa la lectura. Algo fascinante si tenemos en cuenta que tienes la sensación constante de no comprender del todo la historia.

Steve Erickson, el autor, es un absoluto desconocido para mí, pese a tener cierta fama en el mundillo literario. Y tengo que reconocer que Erickson es todo un maestro de la pluma. Su estilo de escritura es simplemente deslumbrante. Su prosa es ágil y armoniosa, su lenguaje de una belleza lírica casi indescriptible y sus descripciones…simplemente maravillosas. Y es que esta obra más que un libro parece una película. Sus paisajes tan visuales, sus diálogos tan ingeniosos, sus escenas tan bien escogidas y unos personajes tan simples pero profundamente complejos a la vez, hacen que te resulte muy sencillo perderte (para bien) en este libro. Otras cosa digna de mención (y que demuestra el enorme talento literario de este autor) es la estructura del texto. Ésta se va adaptando siguiendo un patrón concreto: la historia del cine. En las partes en que se narran los acontecimientos más antiguos, en el texto se limitan los diálogos, como si estuviéramos ante una película muda. Pero a medida que avanza la cronología, el color y el sonido hacen su aparición en el texto, al igual que lo hicieron en el cine.

Si bien es cierto que, desde el punto de vista literario, es una obra magnífica, la historia que narra es harina de otro costal. Y es que resulta muy difícil intentar contar de que trata este libro. Podríamos decir, haciendo una burda simplificación, que el libro nos cuenta dos historias principales. La primera de ella es una historia de amor, traición y tragedia formada por Lauren y Jason. El segundo relato es más complejo, y nos cuenta la historia de Michel, un hombre que se despierta un día habiendo olvidado toda su vida. Conectada a ésta, aparecen dos historias más que tienen que ver con un niño criado en un burdel de París y una película enigmática que no se estrenó nunca. Las dos tramas principales convergen en algún punto, consiguiendo que la historia acabe siendo más liosa y enrevesada de lo que ya era. Y eso hasta alcanzar el abrupto y desconcertante final. Un desenlace un tanto difícil de digerir que deja bastantes interrogantes sin respuesta.

En suma, Días entre estaciones, es un libro escrito de forma magnífica y un homenaje camuflado al mundo del cine. Lástima que tanta incoherencia en la trama de como resultado una historia confusa que no puedas comprender del todo. De todas formas resulta muy reconfortante haber leído una novela que se desliza antes mis ojos como un film majestuoso que esconde celosamente sus secretos tras una cascada de palabras, a veces difíciles de descifrar.

La historia del rodaje de Napoleon, la película maldita de Abel Gance, está relacionada con la novela de Erickson y el rodaje en esta de La muerte de Marat. En la película de Gance, Marat fue interpretado por el escritor Antonin Artaud. En la novela de Erickson, por un poeta irlandés de nombre Terry Tonay transformado en Thierry Touraine. AA vs TT. El espejo distorsionador de la narrativa.

Días entre estaciones

Los lectores somos ojos flotando dentro de la niebla en el interior de una botella.

Extremely typical of contemporary novels in that while it may dazzle the imagination, at a deeper, more important level, it says nothing. A child of postmodernism.

Эта книга – жестокая игра. Игра с памятью и образами. Мальчик-подкидыш, выросший в потайной комнате привилегированного борделя. Мёртвые близнецы. Призыв кошек и смерть в темноте ночного клуба. В «Днях между станциями» много секса и снов; есть чувство, что автор, пытаясь как-то залечить рану, зашифровал жизнь марионеток с помощью восемнадцати разных комбинаций, чтобы никто не узнал истинного источника боли.
Мы смотрим на плоскую стену, куда проецируются свет и тени. В кадр робко вползает синь, отяжеляя буквы, наполняя их обещаниями. Но автор – колдун и обманщик; вырвав все жилы из собственной души, он тянет щупальца к взглядам тех, кто открывает том с дурацкой иллюстрацией, совершенно не подходящей этому кладбищу стремлений. Щупальца лезут в мозг и копошатся там, словно в картотеке, камлая повторяющимися символами.

Some guy wakes up nine years later and he's a completely different person? I can't.

Another weirdo brainbender from Erickson, naturally, set in Los Angeles, an excavation of identity and the film industry, and will drive you nuts with confused ecstacy.