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Santuario, linda novela de Edith Wharton, es una de sus novelas menos conocidas, no por ello menos significativa. La historia se centra en la figura de Kate Orme, una joven que descubre que su prometido, Denis Peyton, esconde un oscuro secreto relacionado con mentiras y engaños.
La novela se adentra en la psicología de Kate y su lucha interna al enfrentarse a la realidad de que la persona que ama es fundamentalmente defectuosa. Este descubrimiento la lleva a cuestionar no solo su relación, sino también su visión del mundo y su lugar en él. La muerte de Denis deja a Kate con un hijo, y ella se dedica a evitar que los vicios morales de su marido se transmitan a su descendencia.
Wharton utiliza su característica prosa impecable para construir un melodrama que explora los misterios de la personalidad y las deudas del pasado. La tensión narrativa se mantiene a lo largo de la obra, con momentos que rozan el suspense insoportable. La autora crea una atmósfera intensa que refleja la lucha entre la naturaleza y lo adquirido, temas recurrentes en la literatura de principios del siglo XX.
El estilo de Wharton puedo compararlo con el de Henry James, por su enfoque en la alta sociedad y su meticulosa atención al detalle psicológico. Santuario es “europea” en su sensibilidad, un melodrama que indaga en las complejidades de la moralidad y la ética a través de la historia narrada.
Buena, para leer lento, de mesita de noche.
La novela se adentra en la psicología de Kate y su lucha interna al enfrentarse a la realidad de que la persona que ama es fundamentalmente defectuosa. Este descubrimiento la lleva a cuestionar no solo su relación, sino también su visión del mundo y su lugar en él. La muerte de Denis deja a Kate con un hijo, y ella se dedica a evitar que los vicios morales de su marido se transmitan a su descendencia.
Wharton utiliza su característica prosa impecable para construir un melodrama que explora los misterios de la personalidad y las deudas del pasado. La tensión narrativa se mantiene a lo largo de la obra, con momentos que rozan el suspense insoportable. La autora crea una atmósfera intensa que refleja la lucha entre la naturaleza y lo adquirido, temas recurrentes en la literatura de principios del siglo XX.
El estilo de Wharton puedo compararlo con el de Henry James, por su enfoque en la alta sociedad y su meticulosa atención al detalle psicológico. Santuario es “europea” en su sensibilidad, un melodrama que indaga en las complejidades de la moralidad y la ética a través de la historia narrada.
Buena, para leer lento, de mesita de noche.