n Fish está conduciendo, abofeteándose para mantenerse alerta, y mientras cuenta para asegurarse de que Adam lleva siete. Uno: las muñecas (con una sierra pequeña contra sus brazos delgados y blancos como el papel). Dos: veneno (bebió cera para el suelo servida en un vaso de tubo transparente). Tres: disparo al estómago. O a un lado del estómago; la bala le rozó, atravesó la ventana y llegó a la iglesia episcopaliana de la casa de al lado. No hubo muertos ni heridos, pero Adam se sintió tan mal que, cuatro: se apuñaló en la pierna con una cuchilla de carnicero. Cinco: intentó meter un secador de pelo en la bañera con él dentro, pero por lo visto el aparato era a prueba de suicidios –se apagó solo y Adam se quedó tiritando en el agua, que se había enfriado mientras él reunía el valor para suicidarse-. Seis: ¿cuál fue el sexto? ¿Empotrar un coche contra un árbol? No quedó claro si el accidente había sido intencionado.n
In this collection, Eggers (Heartbreaking Work of Staggering Genius) is obviously straddling the line between being a writer__and a very talented one at that__and being the spokesman for the new age of self-conscious writing. Reviewers are unanimously unhappy with a few of his literary pranks here. "There Are Some Things He Should Keep to Himself," for example, offers up five blank pages. But when Eggers throws off our expectations and starts writing, he shines. His longer stories are original, witty, and truthful. As his characters search for transcendence, Eggers and his readers are right there with them.
This is an excerpt from a review published in Bookmarks magazine.