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Mi profesor en la universidad de la asignatura de Comunicación Corporativa me recomendó en más de dos y tres ocasiones que leyera 'NO LOGO' de Naomi Klein, que seguro que me iba a gustar, decía. No le hice caso hasta ahora. El libro es un fiel reflejo de las causas y consecuencias de la liberalización de los mercados y del enorme poder de las multinacionales: paro, precariedad laboral, violencia, explotación infantil, hipocresía y conquista de los espacios públicos por las marcas.
Fiel al estilo investigador de Naomi Klein, con cientos de citas y datos, el libro es una buena base de información sobre cómo las multinacionales ocupan todos los espacios públicos con sus logos y se apropian de todos los movimientos; un ejemplo de cómo sus modelos empresariales de marca-si-productos-no ha ocasionado que las grandes marcas sean sólo eso, marcas, destinadas a las ideas y el marketing relegando la producción a subcontratistas del Tercer Mundo. De esta manera, las multinacionales se han enriquecido cerrando empresas en origen y generando paro, substituyéndolos por empleos precarios en el sector servicios donde reina la temporalidad y los trabajos a tiempo parcial. En el otro lado, reina inmune la explotación infantil, la violencia permanente y la pobreza extrema en los países productores ahogados por la deuda, por no hablar de las consecuencias en la destrucción del medio ambiente y de los recursos naturales por las multinacionales extractivas. Son temas tan ricos en información y hechos que el libro resulta en ocasiones muy pesado e incluso repetitivo debido al estilo fiel y preciso de N.Klein en la narración de los ejemplos (539 páginas).
'NO LOGO' fue escrito alrededor del año 2000, y han pasado 17 años desde entonces. A pesar de las esperanzas de los últimos capítulos de la escritora en movimientos antisistema y combativos contra las multinacionales de la década de los años 90, mi percepción es que estamos mucho peor. Las multinacionales tienen más poder cada año convirtiendo nuestras sociedades en claras plutocracias oligárquicas. Las situaciones se han agravado y lo que es peor, la gente lo ha aceptado. Solo hace falta fijarse en todos los que adoran a Amancio Ortega y su modelo de negocio, que no difiere en mucho del de Phil Knight y Nike.
La sociedad se ha vuelto inmune a los desagravios contra los derechos de las personas, se ha vuelto insensible al dolor ajeno y la situación que vivimos es la tendencia comúnmente aceptada a despreciar los derechos humanos en favor del desarrollo de la economía mundial.
Fiel al estilo investigador de Naomi Klein, con cientos de citas y datos, el libro es una buena base de información sobre cómo las multinacionales ocupan todos los espacios públicos con sus logos y se apropian de todos los movimientos; un ejemplo de cómo sus modelos empresariales de marca-si-productos-no ha ocasionado que las grandes marcas sean sólo eso, marcas, destinadas a las ideas y el marketing relegando la producción a subcontratistas del Tercer Mundo. De esta manera, las multinacionales se han enriquecido cerrando empresas en origen y generando paro, substituyéndolos por empleos precarios en el sector servicios donde reina la temporalidad y los trabajos a tiempo parcial. En el otro lado, reina inmune la explotación infantil, la violencia permanente y la pobreza extrema en los países productores ahogados por la deuda, por no hablar de las consecuencias en la destrucción del medio ambiente y de los recursos naturales por las multinacionales extractivas. Son temas tan ricos en información y hechos que el libro resulta en ocasiones muy pesado e incluso repetitivo debido al estilo fiel y preciso de N.Klein en la narración de los ejemplos (539 páginas).
'NO LOGO' fue escrito alrededor del año 2000, y han pasado 17 años desde entonces. A pesar de las esperanzas de los últimos capítulos de la escritora en movimientos antisistema y combativos contra las multinacionales de la década de los años 90, mi percepción es que estamos mucho peor. Las multinacionales tienen más poder cada año convirtiendo nuestras sociedades en claras plutocracias oligárquicas. Las situaciones se han agravado y lo que es peor, la gente lo ha aceptado. Solo hace falta fijarse en todos los que adoran a Amancio Ortega y su modelo de negocio, que no difiere en mucho del de Phil Knight y Nike.
La sociedad se ha vuelto inmune a los desagravios contra los derechos de las personas, se ha vuelto insensible al dolor ajeno y la situación que vivimos es la tendencia comúnmente aceptada a despreciar los derechos humanos en favor del desarrollo de la economía mundial.