Ahhh this fucking ruled. Gawain was the Green Knight all along––yes that's a spoiler but the book is 600 years old. Wicked hunting scenes and that game with the axe is a real oh shit moment.
Not really an Arthuriana guy, weirdly enough, but wanted to get this one under the belt before that A24 flick drops. Still, maybe they could take a break from making a King Arthur movie every five years and do one (1) movie based on the chansons de geste. Seriously if you liked this shit go dig up a copy of Raoul of Cambrai. I recommend the Michael Newth translation. You can thank me later.
Also highly recommend the BBC In Our Time episode on The Green Knight, which features Simon Armitage, whose translation I read. Link: https://www.bbc.co.uk/programmes/m000...
This was a first for me: the first time I've read one of the famous medieval tales. I think it a silly thing to review this book based on how much I enjoyed the story, because I think it's not about that. This is an ancient classic tale: gotta love it! And I did. As I'm not a student of Middle English literature nor an expert on it I cannot and should not judge this translation. I'm not equipped for that and I leave that to the lucky ones that have studied hard on this topic.
I thoroughly enjoyed both the tale itself and all the good stuff in the introduction and notes section. I learned a lot from the extra info there and I wished there was more of that good stuff in the book.
The season if not of mellow fruitfulness than of frost and fog brings this back to me with the childhood memory of going to school in a proper pea souper, every familiar landmark lost, only the tarmac footpath remained solid beneath my childish feet, occasionally a hut would burst out of the milkiness to demonstrate that I was making progress. My little quest however did not take a year and a day, as all self respecting quests must.
Alas the language is beyond me, I am comfortable with Chaucer (though I suspect that's just the false friends fooling me), and I found Langland, with concentration, manageable, but this dialect of English, roughly contemporary to the other two a bit too much, maybe if I knew some Norse or Danish, or had been born and raised in that country where it had been written rather than close to the dark waters of the Thames I would find it easier. But this edition does have a fine cover illustration which takes you to the heart of the matter.
If you don't know it all, then it is a medieval English poem dealing with a knight of King Arthur's court, who gets into a beheading game with a wandering Green knight these not too popular today, a kind of sport in which the participants take turns in chopping off each other's heads, the magical ability to stick your decapitated head back on your shoulders was not considered cheating and in order to take his turn at being beheaded Sir Gawain must first find the aforementioned Green knight, so the entire story is about being lost in the fog - a mysterious antagonist cannot be found, playing a game of which you don't know all the rules, mysterious temptations (as illustrated by the front cover), is the hero going to die, what does it all mean? Lost in the fog, wandering, but you reach the destination all the same.
I thoroughly enjoyed the Simon Armitage translation if the gentle reader is curious enough. bonus fun
This cover is very creepy but not indicative of how the Green Knight is described. An addition to the Arthurian legend. This is a quest story of a type told as an epic poem written in the 14th century, I'm sure it was related orally to entertain a gathering, and what a story it is! In part I, Arthur and his Knights are celebrating the Christmas/New Year's holidays and are intruded upon by this fabulous Green Knight who throws down a challenge. Sir Gawain accepts and what ensures IS quite creepy. Part II begins the quest of Sir Gawain to complete the challenge with the Green Knight which takes him away from known parts. In the guise of hospitality at a castle in the woods, comes another challenge, although Sir Gawain does not recognize it as such. The story is wrapped up in the code of chivalry, faith, and a pinch or two of magic - it is Arthurian, so magic is always around.
I enjoyed this tale, although the preparing of the animals after the hunt was more than I needed to visualize for a "holiday" read. If you want an in depth look at this read, go to the Classic and Western Canon group for some very education & insightful commentary of this Dec group interim read
Y cierro mi 2024 lector por la puerta grande, con mi mejor lectura del mes de diciembre y con el rey Arturo y sus nobles caballeros de la Tabla Redonda. Hacía mucho que no traspasaba las puertas de Camelot, y el reencuentro ha sido por medio de una obra anónima del siglo XIV llena de encanto y color que no puede tener mejor presentación que esta: A J.R.R.Tolkien le encantaba. Ya desde el prólogo que acompaña la edición que he manejado nos advierten de ello, admitiendo que seguramente si se sigue leyendo a día de hoy “Sir Gawain y el Caballero Verde” es por su influencia y por el hecho de que la traducción y edición que el profesor trabajó y publicó en su momento es la que aún sigue leyéndose en el inglés moderno y de la que parten la mayoría de traducciones en otras lenguas de la que para muchos es la mejor obra del ciclo artúrico ha producido la tierra natal del Rey que Fue y Será, Gran Bretaña (con permiso de “ La Morte d’ Arthur” de Sir Thomas Malory).
Camelot está de fiesta por la llegada del Año Nuevo. Y como no podía ser de otra forma, durante la fastuosa celebración una nueva aventura aparece cuando un gigantesco caballero de piel, barba y vestimenta verde, a lomos de un no menos verde caballo, interrumpa en el gran salón del Castillo exigiendo que uno de los caballeros presentes le de un golpe con su hacha, con la condición de que dentro de un año dicho caballero se presente en la capilla verde y reciba el mismo trato. Sir Gawain, sobrino de Arturo, se convertirá así en el protagonista de una extraña aventura que, un año después de los hechos, le llevará a un viaje lleno de pruebas y misterios.
Nos encontramos ante un romance métrico fechado a finales del siglo XIV que ha llegado hasta nuestros días en un único manuscrito que en la actualidad se conserva en la British Library. En él también se encuentran otros tres poemas que se cree que puedan pertenecer al mismo autor. Las cuatro obras cuentan con alguna que otra ilustración de sus escenas más importantes, aunque de escasa calidad. La mayoría de los estudiosos consideran que “Pearl”, “Purity” (o “Cleaness” ) y “Patience” (ninguno de los poemas tenía título en el manuscrito original, los han recibido por parte de los historiadores y estudiosos a lo largo del tiempo) fueron escritos por la misma mano, pero se dividen sobre si este mismo autor anónimo también concibió el “Sir Gawain”. Este es el poema más largo de la recopilación, constando de más de 2500 versos agrupados de manera irregular en estrofas de entre 16 y 20 sílabas, la mayoría sin rima ni metro, pero regularmente altiterados. La edición en la que lo he leído nos presenta la obra en prosa, por eso a lo largo de la reseña voy a hablar indistintamente tanto de poema como de novela.
Lo que hay que entender cuando uno se adentra en el mundo de la literatura medieval es que la concepción que sus autores y lectores tenían de la ficción es completamente diferente a la que se pueda tener en la actualidad. Yo no soy experta en literatura medieval, ni mucho menos, pero en muchas de las obras que leo de esa época no puedo dejar de acordarme del género del realismo mágico. Y es que en las páginas medievales, lo fantástico y lo irreal siempre se ponían en el camino de los protagonistas durante su búsqueda de aventuras, honor y amor como lo más natural del mundo. Al igual que el género historiográfico, la literatura del momento no buscaba historias reales o exactas, sino ensalzar una serie de aventuras e ideas de esa época. Y, sobre todo, era un vehículo para solazarse en el mero disfrute del puro acto de leer. Porque como señala Luis Alberto de Cuenca en el prólogo de esta aventura, el sir Gawain no es“solo un relato de una moral, sino un relato en sí: fresca y bellísima literatura”. De esas que existen para entretener y para el divertimento de los lectores.
Sin embargo, para mí la belleza que ha tenido también radica en todo lo ficticio que tiene de realista, que no es poco. Reconozco que como lectora no me gustan mucho las descripciones que son muy amplias y que duran más de lo debido en las páginas de la novela o libro que tenga entre manos, y tampoco me gusta especialmente encontrarme con abundancia de ellas mientras leo. Reconozco que en muchos casos son importantes para la ambientación de escenarios y personajes y si tengo que pasar por ellas lo hago sabiendo que puede ser algo importante para la narración. Pero en general me cansan bastantes. Así que en ese sentido “Sir Gawain y el Caballero Verde” tenía todas las papeletas para resultarme una obra aburrida de leer. Hay muchos momentos en que uno siente que no se encuentra ante el desarrollo de una historia de aventuras o protagonizada por un personaje mítico, sino ante un mero catálogo de costumbres y escenas medievales. No sabemos quién compuso este poema , teorías hay varias, lo único que podemos deducir de esta persona es que debía de haber nacido en las Tierras Medias inglesas, o por lo menos conocer bien su habla, que sería muy difícil de entender para los habitantes de Londres. Este personaje tendría conocimientos, por lo menos mínimos, de francés y latín; estaba imbuido del espíritu religioso característico del siglo XIV, y tenía fuertes vínculos con las clases altas y la nobleza si es que no era parte de ese segmento de la población medieval. De esto no hay ninguna duda por el amplio conocimiento que demuestra de los usos y buenas costumbres nobles a lo largo y ancho del poema. En medio de toda esta vorágine que es el viaje de sir Gawain, trufado de enormes caballeros de color verde, cabezas rodantes que siguen hablando una vez separadas del cuerpo, hechizos y lugares misteriosos, nos encontramos también ante una obra profundamente costumbrista, que nos adentra en el día a día de las clases altas medievales en la Inglaterra del siglo XIV. Toda la narración está plagada de escenas de banquetes y cacerías donde se nos narran con todo lujo de detalles como eran en esa época; las descripciones de vestidos, armaduras, arreos para las monturas, adornos y enseres son profusas y detalladas. Se nota perfectamente que el autor conoce lo que escribe y por eso se explaya en eso. Mientras lee el lector moderno se siente como si hubiera viajado en el tiempo y no se encontrará solo en la corte de Camelot, también en la de cualquier noble inglés de la época o incluso en la del propio rey de Inglaterra. Y todo eso lo hace nuestro anónimo escritor con una gracia y un encanto imperecederos en el tiempo. La abundancia de descripciones de “Sir Gawain y el Caballero Verde” es una de las auténticas gracias de esta lectura, lo que hace que sumergirte en ella se parezca a meterte de lleno en algún tapiz o ilustración de un manuscrito o códice de la época, tal es la viveza con la que se habla de este mundo antiguo, y se logra representar todo su colorido y lujo de una manera plástica y viva. Como bien dicen en el prólogo “hay movimiento, color, viveza en los detalles: son las características esenciales del autor del Gawain”.
Y no solo se nos habla de una hermosa manera del mundo cotidiano medieval. “Sir Gawain y el Caballero Verde” es una novela profundamente invernal. La acción tiene lugar a lo largo de un año, empieza un día de Año Nuevo y termina en la siguiente vez que se celebra esta fecha. Las descripciones del paso de las estaciones tienen una belleza conmovedora y dulcemente melancólica que a mi me recuerda a los calendarios agrícolas pintados en las paredes de los templos románicos, como en el caso de San Isidoro de la ciudad de León. Si el anónimo escritor se las arreglaba para darle a los momentos en los que hablaba de caza, ropas y banquetes un aura poética, cuando le toca el momento de hablar del paso de las estaciones puede dar rienda suelta a esa vertiente de una forma preciosa y delicada. Especialmente en el invierno, que junto al caballero que da título a la obra puede considerarse el otro gran protagonista de la lectura.
Después de leer este libro, tengo muchas ganas de probar otros eternos pendientes sobre las historias de Arturo y sus caballeros. De momento me estoy conformando con echar un vistazo a diferentes capítulos y fragmentos de la obra “ El Reino Mágico de Arturo” de José Ignacio Gracia Noriega, que leí hace ya unos años. Más que un estudio del mundo Artúrico, es un catálogo de los personajes y elementos más característicos de este corpus, recopilados de una manera sencilla y amena que hace que esta obra resulte ideal para iniciarse en el estudio de este mundo. En la parte dedicada a Gawain, el autor señala que este personaje es uno de los que mejor ha conservado su herencia como héroe céltico y sus raíces paganas. Mientras que Lancelot es un caballero nacido para la grandeza pero incapacitado para alcanzarla por su amor adúltero con la reina Ginebra y Galahad es el héroe destinado a la perfección y a ser el único capaz de acceder al grial , profundamente imbuido por la concepción cristiana de la que surgió, Gawain siempre estará marcado por sus orígenes Célticos. Para muestra un botón: la descripción del escudo que suele llevar, que se supone que representa las virtudes cristianas que la virgen María, tiene sus orígenes en el emblema de Venus Ishtar (ya sabes, en realidad el cristianismo y muchas de sus celebraciones y símbolos ancestrales beben de otras religiones pretéritas) Será uno de los caballeros más importantes del mundo artúrico, pero su destino será siempre que nunca llegue a alcanzar sus objetivos y que solo logre quedar como un secundario sobresaliente e importante en la mayoría de los mitos. Se supone que representa el poder de la muerte y la renovación simbolizado en que su historia empiece y acabe en Año Nuevo, lo que recoge la relación que en tiempos pretéritos tuvo con el sol y a la que en el poema que nos ocupa apenas se le dedican unas lineas. Por lo tanto, se le puede considerar como un quiero y no puedo. Alguien que está destinado a vivir aventuras, y que dentro de la óptica francesa en la que entraron las historias artúricas desde que este corpus artúrico (nacido del mundo céltico y bretón) fue trabajado por los autores del amor cortés; es ideal para coquetear con las damas y ser un excelente corte sano. Pero que a la hora de la verdad siempre fracasa. En las páginas de la obra, Gawain se nos representa como la flor y nata de la caballería medieval obviando al afrancesaso Lancelot, admirado y conocido por todos los presentes que aparecen, envuelto en todas las virtudes cristianas que puedas imaginarte. Es tan perfecto que hay momentos en que te pone de los nervios y no puedes evitar refunfuñar contra él. Hasta los últimos compases de la historia. Cuando se demuestra que su periplo en la novela que protagoniza no deja de ser una broma que un caballero les ha gastado a él y al resto de la corte del rey Arturo. Y que demuestra que hasta el mejor de todos los caballeros puede errar de la forma más humana que uno se pueda imaginar. Pero no por ello, considero que “Sir Gawain y el Caballero Verde” sea una pérdida de tiempo o carezca de significado. Una vez más, tengo que volver prólogo de Luis Alberto de Cuenca, donde se nos habla de que Gawain vuelve a la corte de su tío, como un hombre nuevo, que ha aprendido unas cuantas lecciones sobre el mundo y sobre sí mismo, que“se purificar en valor y lealtad a lo largo de su aventura. La dama del castillo lo hará rico en templanza. Y al final, de regreso en la corte de Arturo, habrá vencido todos los riesgos, incluso el de extraviarse en el futuro”. Al fin de al cabo, en la vida real esos son los viajes que realmente importan, los que te enseñan muchas cosas. Y un personaje que se lleva esa lección sin haber ganado nada más tiene mi simpatía. Porque al final, se siente como si el autor del poema nos quisiera decir que la perfección solo existen los libros ylas ensoñaciones, en la vida real solo podemos coger lo que buenamente encontremos en el camino y sacar de ello el mejor provecho para nuestro crecimiento personal. Y qué queréis que os diga, prefiero a un héroe así que a cualquier Galahd (si habéis leído más obras sobre la búsqueda del grial creo que entenderéis el porqué), uno con el que en cierta forma me puedo sentir identificada y al que puedo entender, aunque sus aventuras y desventuras se hayan escrito muchos siglos antes de que yo naciera.
Como ya os he señalado al principio de esta reseña, que se me ha hecho más larga de lo que pretendía, no he podido cerrar mejor el 2024. Espero que el 2025 me dé la oportunidad de leer más literatura medieval y relacionada con el rey Arturo, que es algo que me gusta mucho. Y por supuesto todo tipo de lecturas que me hagan compañía, me llenen y me gusten. Y lo mismo os deseo a todos vosotros.
i know that this is a classic and i know that it is a poem of its time despite the translation, but i could not help but find this incredibly boring. perhaps a reread and further study will help but for now, no.
Once in a while I need a chivalrous read. You know, the "strive to protect the helpless, protect your woman, and slay the evil guy or beast or both!" However, this book isn't what I thought. There is chivalry in it, and a woman, but there is really no "evil" guy, just a magical man who teaches Gawain honesty in a weird way.
This is a short novel and it is packed. I don't know how to review it without giving away spoilers. In short, Gawain is the youngest of King Arthur's knights. At a Christmas banquet, a green dude comes strolling up on his horse through the banquet hall door demanding that he challenge the king and his knights. Arthur agrees to take the challenge but the other knights want to take on the dude in booger green. Sir Gawain takes him on and, oddly, the man lets him cut his head off...yup...so much for a challenge! Buuuut the man gets up, takes his severed head and walks out. So now we know how the Legend of Sleepy Hollow REALLY begins!
As I described above, the beginning of the story is extremely bizarre but the story is a good one. Once in a while I really enjoy a story that has a moral lesson to it. In the knight's code, one of the most sacred of honors is honesty. This book showed the importance of what it means to be an honest knight and to always tell the truth. I loved how the message was that truth is always beautiful, even though it might hurt at first, but it always brings healing.
I don’t usually enjoy stories embellished with religious morality but this was very fun. Stories of King Arthur and his court will most likely always have a place in my heart so maybe my rating is somewhat guided by nostalgia. Either way this is brilliant and Simon Armitage is becoming a favourite.
A really great re-telling, in storybook form. I did skip and heavily abridge a few pages, while reading to my kids (I wasn’t ready to read them the attempted seduction scenes!), but overall we really enjoyed it! The illustrations were fabulous, too!