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April 1,2025
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Arabella no oculta desde su mismo título su relación con los cuentos de hadas. Esta sexta colaboración de Hofmannsthal y Strauss, con la que el músico quiso retomar el tono de comedia de El caballero de la rosa, se sitúa también en un otro tiempo. Pero no en un lejano e idealizado siglo XVIII, con toques de Beaumarchais, sino en un pasado demasiado cercano, del cuál apenas le separa medio siglo para distinguirse del momento de su creación. Medio siglo presidido por una caída, la del Imperio Austriaco, sofocado definitivamente por la I Guerra Mundial. El “Érase una vez” de Arabella es el de un tiempo que prácticamente coexiste con el de la instancia narradora; nos habla de un tiempo de esplendor que ya ha entrado en decadencia pero que no puede desligarse del hoy. Combina así un falso pasado con una contemporaneidad impostada. Hay un esplendor que se niega una y otra vez, porque este esplendor está cargado con las deudas y de la pérdida del honor, expresado como la instrumentalización de las hijas. La nobleza no duda en subastar al mejor postor a una de ellas, exhibiéndola públicamente, mientras a la hermana pequeña, para la cuál no tiene capital para invertir en sus galas, simplemente la oculta tras el disfraz de un hombre. Arabella vive como La Bella Durmiente (o como Brynhild, y no es extraña la cita que Strauss hace del tema de Sigfrid) en una ciudad encantada en la que todos esperan ya no al príncipe azul, sino a un inversor con un gran capital; y no para deshacer el hechizo, sino para tapar el agujero financiero de un padre indolente que solo vive para jugar a las cartas, para poner en circulación de nuevo el dinero que llegue a sus manos en una pérdida constante. Arabella, como la princesa en muchos cuentos de hadas (el mítico Cuento del cortador de bambú japonés podría ser un ejemplo), tiene tres pretendientes que no la satisfacen, y sigue esperando un amante que posea en sus prendas el amor y la magia, por supuesto, pero también el desahogo económico que exige su familia. Todo depende de la voluntad de Arabella, a la que siempre se espera mientras ella se mantiene estática, como La Bella cubierta por su ataúd de cristal, como Brunilda tras el cerco de las llamas de Wotan; esperando a un esposo soñado del que siempre se habla, pero se siente que no va a aparecer. Y cuando aparece ese príncipe, no deja de ser un salvaje que no confía en Arabella y extiende sus celos en forma de violencia y depravación, desmintiendo su nobleza y sus buenos ideales. El dinero con que se iba a dotar el matrimonio con Arabella, se desvía para incitar a la borrachera y la orgía. Tras todo este entramado de frivolidad cruel, la víctima ignorada por todos es la hermana pequeña de Arabella, Zdenka, escondida, como bajo una piel de asno, tras de la identidad de hombre, impedida así de declarar sus sentimientos al hombre que quiere y subsumida por los caprichos de su hermana. Un sexo escondido, recusado, que es lo único que si sale a la luz puede romper la cadena de ilusiones y espejismos en que se pierden los personajes de esta ópera.
April 1,2025
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Hofmannsthal’s libretto (cf. Lucidor in Selected Prose) is a moving comedy on love and forgiveness. My favorite bits of the music are the lyrical duets.
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